Juan Sebastián: “Ir solos a una elección, o solo amarrados con uno, sería un error”

La Alianza Cívica no descarta solicitar una casilla de cara a las elecciones, aunque aclara que en este momento la lucha debe enfocarse en la restitución de las libertades. Su director ejecutivo dice que Ortega teme que se conviertan en un partido e insta a la unidad de todas las fuerzas: “Una boleta con muchas opciones solo le beneficiaría a la dictadura”.

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  • agosto 26, 2019
  • 05:40 AM

La Alianza Cívica no descarta solicitar una casilla de cara a las elecciones, aunque aclara que en este momento la lucha debe enfocarse en la restitución de las libertades. Su director ejecutivo dice que Ortega teme que se conviertan en un partido e insta a la unidad de todas las fuerzas: “Una boleta con muchas opciones solo le beneficiaría a la dictadura”.

La unidad de todas las fuerzas democráticas de Nicaragua, la incorporación de nuevos grupos opositores y el trabajo constante hacia un mismo objetivo dentro de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, es una fórmula a la que Daniel Ortega teme, asegura Juan Sebastián Chamorro, nuevo director ejecutivo de la organización.

Chamorro no descarta que la Alianza Cívica pueda constituirse como un partido político para sacar a Daniel Ortega del poder en una elección presidencial, aunque asegura que en este momento de la lucha lo importante debe ser enfocarse en la restitución de las libertades públicas, los derechos ciudadanos e instaurar las bases para unas elecciones libres y transparentes donde el voto sea respetado.

En entrevista con el programa SOBRE LA MESA TV afirmó que para que se dé un cambio democrático “tenemos que ir unidos todos y eso incluye el liderazgo dentro de los partidos políticos que puedan ayudar a la causa”.

“No porque sea de un partido colaboracionista deberíamos de descartar a un líder local, departamental o municipal que esté comprometido con la lucha” agregó. Además analiza los efectos de la suspensión de la negociación con el Gobierno y explica por qué no se sumaron al paro nacional que convocaron grupos opositores.

Tras la restructuración de la Alianza, ¿qué acciones van a tomar de cara a un proceso electoral?

La adaptación y restructuración de la Alianza es parte de la respuesta que ya veníamos trabajando. Se creó un comité ejecutivo de ocho personas cada uno representando a cada sector que conforma en este momento la Alianza, porque la Alianza Cívica se va a expandir y se van a incorporar nuevos elementos. Hay mucha gente que quiere formar parte. Vamos  hacer la Alianza más amplia, más representativa y mejor preparada para lo que viene. Lo que viene es la lucha política por la devolución de los derechos ciudadanos que han sido confiscados por la dictadura y seguir presionando por la celebración de elecciones libres.

¿Tienen planes de constituirse como un partido político?

Estoy seguro que al Gobierno le da miedo que nos convirtamos en un partido político. Nosotros nos vemos como un actor relevante en el proceso político nacional. Desde mayo del año pasado nos hicimos acompañar de los más importantes expertos en temas jurídicos y electorales y venimos desarrollando una propuesta de reforma electoral que permita darle al pueblo la seguridad de que el voto que deposita en esa urna no se lo van a robar.

En este momento más que si nos vamos a convertir en partido o no —que eso el destino lo dirá— para nosotros es importante ser un actor político relevante. No tenés que ser un partido político para proponer cosas que le sirvan al país. Ha habido propuestas de reformas electorales provenientes partidos políticos y organismos que merecen ser escuchadas, analizadas porque son los partidos los que saben dónde es que chima el zapato sobretodo en el tema electoral.

Para nosotros como Alianza ha sido muy importante tener este proceso de análisis de todas estas propuestas de reformas electorales para tratar de encontrar una que le pueda servir mejor al país y la mejor reforma que le puede servir a Nicaragua en este momento es la que le devuelva la certeza que no se van a volver a robar sus votos. Eso se forma con observación irrestricta nacional e internacional y con una organización de la defensa del voto.

¿Estarían dispuestos de unirse con partidos como el PLC o el Partido Conservador, que son considerados partidos zancudos?

Para que se dé un cambio democrático tenemos que ir unidos todos y eso incluye el liderazgo dentro de los partidos políticos que puedan ayudar a la causa. No porque sea de un partido colaboracionista deberíamos de descartar a un líder local, departamental o municipal que esté comprometido con la lucha.

En las visitas a los departamentos hemos encontrado un montón de gente que son demócratas, que no han cometido delitos y que tal vez pertenecen a estos partidos, pero estas personas tienen experiencia en la defensa del voto y la lucha por la democracia y las necesitamos.

En estos momentos de lucha donde te echan preso por ondear la  bandera nacional, no podemos ponernos muy exquisitos y decir que alguien va estar excluido de la lucha simplemente porque su carné es rojo o verde. Necesitamos de la participación de todos para acabar con el sistema oprobioso de exclusión que hay, necesitamos cambiarlo por uno de inclusión donde incluso los sandinistas que no hayan cometido crímenes y que no hayan sido artífices de violaciones de derechos humanos, puedan tener sus espacios y expresarse libremente.

Para que se dé un cambio democrático tenemos que ir unidos todos y eso incluye el liderazgo dentro de los partidos políticos que puedan ayudar a la causa.

Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de la Alianza Cívica.

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¿Eso significa que estarían dispuestos a negociar con Arnoldo Alemán o Alfredo César?

Estoy haciendo un recuento de la importancia de contar con el concurso de los líderes locales. Con el concurso ya de los líderes nacionales es un tema que como Alianza se tendrá que discutir en su momento.

¿La Alianza Cívica entonces se va unir a un partido político para las próximas elecciones o va correr sola? El partido Ciudadanos por la Libertad les ha ofrecido su casilla.

Ir solos a una elección, o ir solo amarrado con uno, sería un error estratégico. Aquí una boleta con muchas opciones solo le beneficiaría a la dictadura. Creo que aquí hay que hacer un esfuerzo extrahumano. La dictadura va tratar de dividir, va regalar personerías jurídicas a colaboradores que encubiertamente se van hacer ver como demócratas… Ante todo ese ataque y toda esa viveza de ratón que nos van a querer montar hay que mostrarse lo más unidos posibles.

Una vez establecidos los derechos ciudadanos, el con quién (participar en una elección) se va ir amarrando en el camino. Ahorita es muy prematuro. No debemos ponerle mucha atención al quién, sino al qué, qué es lo que queremos, qué es lo que nos une y ahí va tener que jugar un papel fundamental la discusión interna.

Lo que nos va unir es un profundo compromiso con la democracia, que no vuelva una  dictadura en Nicaragua, que no vuelva la reelección, que se vayan para siempre los caudillos que nos han fregado nuestra historia. Donde podamos tener una sociedad donde haya igualdad de derecho ante la ley y que no haya preferencias y exclusión de nadie. Si nos ponemos de acuerdo en el qué, va ser más fácil ponernos de acuerdo en el quién.

Ortega ya dio por cerrado el diálogo con ustedes. ¿Cómo ve el hecho de que no se los haya comunicado directamente, sino a través de intermediarios?

En el fondo lo relevante es el menosprecio de la dictadura de dar por terminado un proceso que era fundamental para la inmensa mayoría de los nicaragüenses que estaban siguiendo este proceso con todas sus dificultades, pero el que lo haya hecho de esa manera solo refleja lo que nosotros estábamos interesados que la comunidad internacional se diera cuenta: que aquí tenemos un gobierno intransigente, intolerante e irrespetuoso del orden internacional que ni siquiera tiene la valentía de informarle a su propio pueblo, a su propia comunidad, de que por las razones que hayan sido decidan retirarse de la mesa.

Solo un cobarde puede hacer eso. Es decir si uno toma una actitud de que ya no quiere seguir negociando con una contraparte porque le molesta, porque está consciente de que esa contraparte no va pactar ni le va dar prebendas, ni se va contentar con huesos, eso se entiende, pero debería explicárselo a la comunidad nicaragüense.

¿Cuáles son las consecuencias de que Ortega haya concluido con la negociación?

El anuncio bravucón que se hace el 19 de julio en plaza pública diciendo que ya no hay diálogo, profundiza la crisis. Nosotros habíamos notado que con la apertura de la mesa negociación en febrero se había dado una especie de compás de espera de parte de algunos agentes económicos que esperaban que saliera algo y salieron cosas muy importantes: la liberación de más de 650 presos y se dieron los acuerdos que después el Gobierno totalmente irrespetó.

Pero, económicamente la gente estaba a la espera, lo que pasa el 19 de julio con ese anuncio bravucón es que la gente dice que esto está lejos de ser resuelto y se van más depósitos, se van más reservas internacionales y los pocos planes de inversión privada que podían estar en el horizonte, básicamente quedan en lista de espera porque el mensaje que envía la dictadura a los mercados, a los inversionistas, es totalmente negativo y muy en contra de lo que la inmensa mayoría de la gente quiere, que es encontrar una solución a esta crisis y eso para nosotros es la celebración de elecciones anticipadas, observadas, libres y transparentes.

¿Hubo intentos de parte del Gobierno de llegar a arreglos por debajo de la mesa? Porque mucho se especuló al respecto…

En las mesas de negociación lo que está sobre la mesa es lo que está, no llegás para hacer cosas debajo de la mesa. Esas expresiones se refieren a reuniones de carácter un poco más discretas cuando no hay el contexto de una mesa. De tal manera de que todo lo que se negociaba ahí se hacía con toda la transparencia del caso. La Alianza Cívica en todo momento hacía conferencias de prensa donde informábamos sobre los avances y retrocesos manteniendo un ambiente de respeto para los testigos y acompañantes. Nuestra agenda era bastante pública: libertad de los presos políticos, elecciones anticipadas, justicia para las víctimas y el restablecimiento de los derechos ciudadanos.

¿Recibieron algún tipo de ofrecimiento que fuera en contra de esa propuesta que habían presentado en la hoja de ruta?

Obviamente se pusieron sobre la mesa posiciones que para nosotros eran inaceptables. Se habló no en términos específicos de la amnistía, pero nosotros les hicimos ver que si se presentaba una amnistía sobre la mesa no iba a ser aceptada. Sí concretamente se presentó lo que después se convirtió en la Ley de Reparación que irónicamente la están presentando como una gran ley de avanzada y es un listado de los servicios públicos que por mandato constitucional tienen que dar a la ciudadanía: vivienda, salud y educación. Una ley que es una burla a las víctimas y a sus familiares porque no repara nada. Ellos estaban muy interesados en poner cosas que la Alianza las rechazó de plano.

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En el tema de la justicia no se ha avanzó en nada.

Nosotros hemos llegado al convencimiento de que justicia va ser bien difícil darla con un sistema de justicia como el que tenemos, corrupto, al servicio de la dictadura y un sistema donde las sentencias se dictan desde El Carmen, con un sistema de justicia donde se compran voluntades. La prueba está en que no hay ni una sola persona asociada al Estado que esté acusada. Eso te está diciendo que el sistema de justicia encubre a los criminales.

En ese sentido —y esto es algo que lo hemos hablado con las víctimas— es muy importante luchar porque en este país se dé la verdad, que la gente sepa quiénes fueron los asesinos y que sean juzgados con todo el peso, que haya reparación y que esto no se vuelva a repetir.

Previo a eso es necesario una reforma integral al sistema de justicia porque con estos jueces, con esta Corte Suprema, no se va llegar a ningún lado. Se necesita una depuración de todo el sistema para que los culpables se puedan llevar a la justicia. Es importante ir trabajando en todos los elementos de verdad y paralelamente ir pensando en los cimientos de la reforma al Estado. Con esta dictadura los familiares no van a encontrar justicia.

¿Cómo pretenden hacer pagar a los responsables de crímenes de lesa humanidad?

Los crímenes de lesa humanidad no prescriben ni en el tiempo ni en el espacio… Vamos hacer que el tiempo lleve a los culpables a la justicia, eso así va a ser, eso va ocurrir. En el espacio, en el sentido de que esto se puede llevar a cortes internacionales. Aquí hay ciudadanos extranjeros asesinados, está la Corte Interamericana, cuyo fiscal que hace las acusaciones es la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que ha escrito reportes contundentes con evidencia dura y que cuentan con el soporte del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).

Los casos ya se están armando de carácter individual, porque así es como tienen que presentarse en la Corte – IDH. Debemos continuar con la denuncia internacional y no perder de vista las reformas al sistema de justicia local para que aquí exista una Fiscalía que como lo dice la Constitución, que defienda al ciudadano por los actos cometidos en este caso por las fuerzas paramilitares y policiales.

Eso será con Ortega fuera del poder, en el próximo Gobierno.

Va haber justicia porque hubo crímenes cometidos. Yo veo bien difícil que esta dictadura vaya (dejar de) encubrir a sus propios criminales. Entonces efectivamente creemos que debería ocurrir ese cambio para que la justicia se dé, pero no debemos de estar con los brazos cruzados. La Alianza Cívica ha respaldado a la Asociación de Madres de abril y hace suyos los elementos estratégicos de la asociación en todos los frentes.

Mucho se ha cuestionado el hecho de que la Alianza no respaldó el llamado paro nacional que hicieron grupos organizados. ¿Por qué tomaron distancia?

Nosotros hicimos como Alianza Cívica un paro nacional que fue exitoso el 23 de mayo a raíz del asesinato de Eddy Montes. El paro es y seguirá siendo una fórmula de lucha, expresión de unidad de todas las fuerzas y una forma de presión a la dictadura. Hacer un paro no es cuestión de solo hacer un llamado, sino que conlleva una serie de acciones, coordinación entre distintos sectores.

Hay sectores que han sido sancionados (castigados por participar en los paros) como las farmacias, debemos hablar con ellos. Es importante hablar con el sector bancario que recibió presiones en el último paro para que no cerraran y efectivamente no pudieron cerrar porque las multas eran astronómicas, hay que hablar con el sector construcción… Es decir, para hacer un paro nacional se requiere de algo más que un emplazamiento.

Un emplazamiento es hacer llamar a alguien para que comparezca en un punto específico a una hora específica a rendir cuentas por algo. Eso es algo que nosotros le hicimos al Gobierno porque nosotros somos la contraparte, (el Gobierno) es nuestro adversario.

Lo que quiero decir con esto es que el emplazamiento no se usa entre amigos, se usa contra adversarios. Entonces el llamado a ese paro comenzó con un déficit de lo que se necesita hacer para efectivamente (que es) juntar fuerzas, sino que llegó a decir te emplazo. No se da un ultimátum a los amigos. Paros habrá, pero hay que hacerlos de manera coordinada e inteligente, de manera que todos podamos participar combinado con el paro del consumidor.

https://youtu.be/xU3pGydh6Xo

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