Crisis Group: Ortega solo negociará con presión internacional y una oposición unida

International Crisis Group considera que se debe presionar a Daniel Ortega para que retome las negociaciones con la Alianza Cívica. Sobre la mesa ve dos temas prioritarios: elecciones y justicia. No obstante, “no vemos la posibilidad de que estas elecciones se den en los próximos meses o de pronto en el 2020, pero sí podrían ser adelantadas a principios del 2021”.

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  • agosto 07, 2019
  • 11:24 AM

International Crisis Group considera que se debe presionar a Daniel Ortega para que retome las negociaciones con la Alianza Cívica. Sobre la mesa ve dos temas prioritarios: elecciones y justicia. No obstante, “no vemos la posibilidad de que estas elecciones se den en los próximos meses o de pronto en el 2020, pero sí podrían ser adelantadas a principios del 2021.

Mayor presión internacional, una reestructuración de la Alianza Cívica que conduzca al fortalecimiento de la unidad de todos los sectores opositores al régimen y la evolución de la crisis venezolana, son factores determinantes que podrían hacer que Daniel Ortega acceda regresar a las negociaciones para buscar una salida a la crisis sociopolítica de Nicaragua, considera el investigador Tiziano Breda, delegado para Centroamérica de International Crisis Group.

En entrevista con Despacho 505, Tiziano Breda —máster en relaciones internacionales y especialista en resolución de conflictos— explica que Ortega y Murillo están jugando a ganar tiempo y a dividir a la oposición, ya que ante un eventual retorno de las negociaciones que garanticen unas reformas electorales y elecciones libres, temen perder el poder.

International Crisis Group insiste en que la única salida a la crisis nicaragüense es la negociación, abogan por la imposición de sanciones individuales a funcionarios responsables de violaciones a los derechos humanos y llaman a la oposición a plantearse metas realizables ante una tercera ronda de diálogo con el régimen.

“Si la comunidad internacional actúa de una manera coherente y coordinada para presionar a Ortega y desde lo interno los sectores de oposición logran establecer canales de comunicación más fluidos y desarrollan estrategias basados en posiciones comunes, creemos  que sí se pueda reanudar una tercera ronda que sienten las bases para salir de la crisis”, plantea el investigador.

El régimen ha intentado vender la idea de que en Nicaragua hubo un intento de golpe de Estado, pero la gran mayoría de la comunidad internacional ha rechazado esta teoría. ¿Ustedes cómo lo ven?

Nosotros hemos escuchado estas versiones. En nuestro análisis, lo que se dio el año pasado fue el desate de un malestar, un descontento que se había ido acumulando durante años en diversos sectores de la sociedad frente a unas políticas de centralización de poder y cierre de espacios democráticos. Esto hizo que por primera vez diversos sectores de la sociedad se aglutinaron alrededor de la Alianza Cívica y ahora de la Unidad Nacional Azul y Blanco. Cada sector con sus demandas, con sus intereses específicos, pero con un llamado común de querer un cambio.

¿International Crisis Group ha entrado en contacto con la Alianza Cívica y el Gobierno?

Hemos tenido muy buena relación con los representantes de la Alianza Cívica y hemos estado en contacto con el nuncio apostólico (Waldemar Sommertag). Hemos intentado varias veces comunicarnos con el Gobierno para escuchar su versión, pero no hemos sido muy afortunados. Nuestros primeros acercamientos no tuvieron respuesta. Esperamos que el acercamiento se pueda fortalecer para escuchar sus posiciones.

Ortega ha dicho que no hay más diálogo con la Alianza Cívica, que va hablar con el pueblo.  ¿Qué consecuencias podría tener su decisión?

El principal efecto de esta decisión es de postergar el resurgir de unas tensiones con varios sectores sociales que se han opuesto al Gobierno y que han llamado a un cambio. En Crisis Group creemos que en Nicaragua la única salida a esta crisis es la negociación. La Alianza Cívica ha sido el interlocutor clave y creemos que con una estrategia más sólida, más desarrollada, incluso con la Unidad Nacional Azul y Blanco, se pueda llegar a una tercera ronda.

La Alianza debe mantenerse como interlocutor, ha desarrollado una experiencia en dialogar con la delegación de Ortega. Internamente no habría otros sectores tan preparados, pero ahora que muchos de los principales líderes han sido excarcelados  tiene sentido pensar en una posible reorganización del equipo negociador.

¿Cuando hablan de reestructurar la delegación de la Alianza a quiénes específicamente hacen referencia?

Nuestra misión no es sugerir directamente a personas como tal, pero en la insurrección de abril, como le llaman, los campesinos tuvieron un papel muy importante y su reintegración en el equipo negociador de la Alianza y el que tengan un papel primordial, podría ser bien visto por gran parte de la sociedad.

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¿Cuáles son los elementos que consideran que  harían que Ortega vuelva a la  mesa de negociación?

Reconocemos que hay tres elementos fundamentales: dos son externos y uno es interno. Por lo que concierne a los externos, claramente la presión internacional ha jugado un papel muy importante en la reanudación del diálogo en febrero y creemos que la comunidad internacional no puede dejar de lado la crisis nicaragüense y tiene que mantener la atención muy alta.

En ese sentido, la resolución de la OEA (aprobada el 29 de junio en la Asamblea General de Medellín, Colombia) da un plazo bastante claro (75 días) en el que se espera que haya algún cambio y a este plazo debería añadirse las posiciones de actores como Estados Unidos y la Unión Europea, en dejar claro que si no hay aperturas, si no hay una disposición de volver a una tercera ronda, podría haber consecuencias, sanciones.

Nosotros estamos en contra de las sanciones generalizadas porque son las armas más potentes que tienen los sectores políticos y económicos importantes como Estados Unidos y la Unión Europea ya que pueden afectar a la población. Pero sí abogamos por sanciones que puedan tener consecuencias como las individuales y bien específicas a determinados sectores del Gobierno. La amenaza en sí de tomar acciones puede tener un efecto positivo.

En segundo lugar hay que ver lo que está pasando en Venezuela, Ortega siempre ha tenido claro y ha seguido de cerca la crisis venezolana y ha ajustado su estrategia según lo que ha estado pasando en ese país. Probablemente esta decisión que anunció el 19 de julio (de finalizar el diálogo) se debió a esta situación estancada en Venezuela.

En tercer lugar abogamos por una mayor coordinación entre las fuerzas de oposición interna, como  los son la Alianza Cívica y la Unidad Nacional Azul y Blanco. Pensamos que la división interna en términos de objetivos, estrategias y críticas recíprocas entre estos dos sectores no ha ayudado a que se crease esta masa crítica interna para poder tener un poder negociador más fuerte frente a Ortega. Abogamos por canales de comunicación más fluidos entre los dos y la búsqueda de objetivos que tengan mínimos comunes denominadores.

Suponiendo que Ortega cede y vuelve a la negociación, ¿en qué temas urge tomar acuerdos y efectivamente cumplirlos?

Dos temas  deben ser los principales objetos de debates: el tema electoral y un mínimo acuerdo sobre el tema de justicia a las víctimas. En el tema electoral nosotros pensamos que lo importante es que se retome el debate sobre las reformas electorales.

En el tema de las reformas electorales algunos representantes de Ortega han dicho que se van a negociar con los partidos políticos, pero están deslegitimados. ¿Cuál debería ser la dinámica en la negociación de estas reformas?

Es importante que se incluyan en este debate las visiones de los partidos políticos aunque estén desacreditados en el país. Desde una perspectiva institucional e histórica como actores políticos creemos que deben tener un papel, por lo menos para proponer o presentar su visión de lo que puedan ser unas reformas políticas electorales. La perspectiva de los partidos debería ser tomada en cuenta en una mesa de diálogo entre el Gobierno con la Alianza Cívica.

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¿Qué tan realista es a estas alturas un posible adelanto de elecciones?

Las reformas electorales necesitan de un trabajo largo que toma su tiempo, no vemos la posibilidad de que estas elecciones se den en los próximos meses o de pronto en el 2020, pero sí podrían ser adelantadas a principios del 2021 y no a finales como está contemplado.

La pareja presidencial está jugando a ganar tiempo porque están claros que aunque tengan una base, si se dan las reformas electorales que garanticen unas elecciones libres, transparentes, pueden perder el poder”

Tiziano Breda, investigador para el Triángulo Norte de Centroamérica y Nicaragua de International Crisis Group.

¿Cuáles son sus recomendaciones para llegar a una verdadera justicia en el contexto actual?

En el tema de justicia escuchamos las versiones de las dos partes sobre lo que pasó. Es importante tomar un acuerdo sobre una Comisión de la Verdad acordada entre las partes y que sea abierta a actores internacionales, cuyo mandato no sea limitado a lo que pasó el año pasado, sino que aborde temas que son de vieja data. Por la crisis del 2018 han resurgido tensiones y polarizaciones anteriores que vienen de la década de los ochenta, de conflictos internos que Nicaragua ha vivido y que nunca ha habido un relato de una Comisión histórica que establezca la verdad sobre lo que ha pasado. Se ha utilizado la Amnistía como el instrumento para borrar y salir adelante.

¿Cómo pueden las partes evitar un nuevo fracaso en las negociaciones si se llegan a retomar? La última vez la Alianza se levantó de la mesa porque en La Modelo asesinaron a Eddy Montes.

Lo importante en este tipo de negociaciones es que las partes tengan claras que es un proceso en que las dos partes deben estar dispuestas a ceder en algo y que las demandas que se hagan deben ser realistas.

Estamos un poco escépticos sobre demandas hechas por algunos sectores que han pedido la renuncia inmediata de Ortega y otros elementos que no vemos realmente como realizables en esta mesa de negociación.

¿Cómo valoran el desempeño de la OEA en la crisis nicaragüense? En la Asamblea General en Colombia se acordó crear una comisión, ha pasado más de un mes y todavía no  está lista…

La OEA tuvo un papel muy importante en la reanudación de la segunda ronda de negociaciones en febrero ya que empezaron los debates de la situación de Nicaragua en el marco de la aplicación de la Carta Democrática Interamericana. Poco antes de que Ortega anunciara la reanudación del diálogo, una delegación de la OEA había pasado por el país para retomar estos lazos diplomáticos que se habían debilitado a raíz de las resoluciones del año pasado.

Creemos que esta vez la OEA puede jugar un papel muy importante en una tercera ronda de negociaciones. El hecho de que la Comisión no se haya creado todavía es un factor de preocupación.

Ustedes como Crisis Group han dicho que el sector empresarial está más abierto a un acuerdo con Ortega que el resto de la oposición, ¿por qué lo consideran así?

Es basado en las impresiones que hemos tenido hablando con líderes empresariales y otros sectores de la sociedad civil. Desde la perspectiva empresarial es importante llegar a una “estabilización” del país y de la economía para poder salir adelante y de esta especie de recesión económica que se ha estado dando desde el año pasado. Hemos notado una actitud más pragmática y más abierta a dar concesiones y tomar posiciones que lleven a acuerdos.

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Ortega ha estado gobernando antes sin crisis. En este momento no se encuentra en una posición fácil porque se enfrentan a la posibilidad de ser derrocado y esto conlleva a que tengan este miedo a la protesta cívica y que estén básicamente ordenando que se niegue cualquier manifestación.

En este momento la pareja presidencial está jugando a ganar tiempo porque están claros que aunque tengan una base, si se dan las reformas electorales que garanticen unas elecciones libres, transparentes, pueden perder el poder.

Es por eso que están jugando a ganar tiempo para dividir a la oposición. Conceder algo y al mismo tiempo dar un paso atrás en términos de represión y en la falta de garantizar los derechos ciudadanos aunque hayan firmado un acuerdo. Esas son las dos estrategias a las que están apuntando.

Para finalizar, a casi 16 meses de crisis en Nicaragua, ¿qué tan lejana ven la posibilidad de un arreglo que le ponga fin a todo esto?

Esa es la pregunta del millón. Esperamos que se pueda reanudar una tercera ronda de negociaciones para se tomen acuerdos que creen las bases para que el país salga de la crisis de manera pacífica y que pueda sanar sus heridas de manera progresiva en los próximos años. En el breve periodo es difícil pensar que estos problemas, a los que ahora se están juntado los económicos, se puedan solucionar así con un toque mágico, pero sí creemos que si la comunidad internacional actúa de una manera coherente y coordinada para presionar a Ortega, y si desde lo interno los sectores de oposición logran establecer canales de comunicación más fluidos y desarrollan estrategias basados en posiciones comunes, creemos  que sí se pueda reanudar una tercera ronda que sienten las bases para salir de la crisis.

EL INVESTIGADOR


Tiziano Breda
— Tiene un Pregrado en sociología
—Máster en relaciones internacionales con especialidad en resolución de conflictos
—Investigador de International Crisis Group para el Triángulo Norte de Centroamérica y Nicaragua

International Crisis Group es una organización que se encarga de analizar los grandes conflictos mundiales. Desde abril de 2018 ha seguido la crisis nicaragüense y ha realizado tres visitas al país. Sus publicaciones sobre Nicaragua las puede consultar aquí.

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