El respaldo de 26 países a la resolución que condena los arrestos políticos en Nicaragua y demanda crear las condiciones para unas elecciones libres tiene una sola lectura para la Paula María Bertol, exembajadora argentina ante la Organización de Estados Americanos (OEA): cada vez más países dan la espalda al régimen de Daniel Ortega. “Es un logro”, califica pese al sinsabor que provoca en muchos nicaragüenses que no se haya incluido en el texto la activación de los mecanismos para la aplicación del Artículo 21 de la Carta Democrática.

Bertol ve en las elecciones presidenciales de noviembre, y no tanto en la eventual expulsión del país del organismo hemisférico la verdadera oportunidad de los nicaragüenses. Eso pasa por construir una verdadera unidad “dejar de lado los egos y entender que la tarea es difícil, pero no imposible”, apunta la exdiplomática argentina en entrevista con DESPACHO 505.

El Consejo Permanente de la OEA aprobó este martes una resolución en la que “condena inequívocamente” el arresto de precandidatos presidenciales de la oposición y acuerda continuar monitoreando el proceso electoral “para su consideración y posible presentación ante la Asamblea General”.

Bertol tiene la certeza que esta contundente resolución, que a su pesar Argentina no respaldó, marca un precedente y sí golpea al régimen de Nicaragua, aunque con sus discursos incendiarios pretendan esconder su fracazo.

Para Ortega y Murillo lanza un reto: “dejen que la gente los elija libremente, tienen que tener la valentía para aceptar el resultado, no obligar a la gente a que los vote. Si realmente son tan poderosos y creen que la gente los apoya tanto, dejen de perseguir a opositores, abran la elección y vean los resultados”.

La resolución fue aprobada con 26 votos, nunca antes se había logrado ese respaldo tan amplio. ¿A qué cree que se debe? 

Hoy es un día que lo tienen que festejar a pesar del dolor que sé que tienen por todo lo que pasa en Nicaragua desde abril de 2018. Hoy es un día que hay que disfrutar. Esos 26 votos abren una puerta inmensa para que toda la comunidad internacional pueda entender, mirar, interesarse por lo que está pasando en Nicaragua que es realmente muy grave. Creo que va ser un antes y un después del día de hoy.  

No me queda duda que (los países) han tenido razonabilidad en el voto. Han visto que estos últimos días cuatro candidatos opositores para competir en noviembre en las elecciones han sido apresados, más otros referentes de la sociedad civil y la política. Esto fue tan alevoso y no pudieron mirar para el costado.  

Sin embargo, Argentina, su país, ahora con un nuevo Gobierno se ha abstenido de apoyar la resolución.  

Lamento mucho que mi país se haya abstenido cuando desde abril de 2018 participamos activamente en la defensa de Nicaragua, sino que liderábamos todas las acciones que fueran develar lo que estaba pasando allí.  

Argentina votó abstención cuando días antes había anunciado que trabajaba junto a Estados en una estrategia para presionar al régimen. ¿Qué pudo haber pasado para que al final no apoyaran la resolución?  

En Argentina cambió el Gobierno y creo que (los gobernantes actuales) están muy cerca y son amigos de las dictaduras del continente (Venezuela, Cuba y Nicaragua). Además de eso creo que anteponen temas personales de rivalidad y de pelea con el secretario general (Luis Almagro) y dejan de lado la diplomacia, la política, la conversación. Me parece peor aún que falten a la racionalidad por competencias personales. Ponen el interés particular sobre el interés general y eso me parece realmente aberrante.  

Hablemos de lo que dice la resolución. Cuando Almagro pidió esta reunión dijo que era necesario considerar la activación de mecanismos necesarios para aplicar el artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana, pero en el texto aprobado no hay ni una sola referencia a eso.  

No estuve ahí, pero puedo imaginarme lo que pasó. En la diplomacia las cosas se dicen con mucho amor y con mucho cuidado. Era necesario juntar muchos países para llamar la atención sobre las elecciones de noviembre. Si hubiese figurado en esa resolución alguna referencia al artículo 21 de la Convención, muchos no hubieran firmado. Entonces, el arte de la diplomacia es el arte de lo posible también. Para que todos entiendan que realmente no fue lo óptimo, pero mostrar que estos 26 países hayan aprobado esta resolución para avanzar en el tema electoral, para que sea transparente y libre, es una gran resolución. Pero no tiene nada que ver con la petición que hizo el secretario general que fue la aplicación del Artículo 21 y la suspensión consecuente de Nicaragua de la OEA.  

Y usted qué piensa de que sea aplicado el artículo 21 eventualmente.  

Creo que la suspensión de Nicaragua en la OEA no es una medida que lleve solución al pueblo nicaragüense. Lo que hay que encontrar es una solución real. La solución viene de la mano de unir a toda la comunidad internacional, no solo del continente, sino del mundo, pero también desde adentro en unidad y dejando los egos. 

Y qué posibilidades ve de una eventual aplicación del artículo 21 si Ortega, como se ve hasta ahora, consuma un nuevo fraude electoral en Nicaragua. 

A mí me parece que tenemos que ir paso a paso. Hay como un enamoramiento del artículo 21 cuando creo que esta resolución dice que hay que instar enérgicamente al Gobierno de Ortega y Murillo para que no solo implementen normas que lleven adelante una elección libre, sino que además aprueben observadores de la OEA y del mundo entero. De nuevo, tenemos que aprender a disfrutar del paso a paso.  

Pero en estos momentos no hay condiciones para ir a una elección libre, la reforma electoral impuesta no cumple con las demandas de la comunidad nacional e internacional y el Consejo Supremo Electoral ha dicho que no habrá observación internacional. ¿Se encamina Ortega a un desconocimiento? En estas condiciones, ¿está en juego su legitimidad? 

Sí, creo que sin duda que eso ya está pasando. No creo que le sea indiferente a Daniel Ortega porque a diferencia de Venezuela que es un país muy rico que tiene para negociar el tema del petróleo, me parece que acá Nicaragua no tiene esa herramienta de poder.

Sí creo que va ser “más fácil” para que la comunidad política denuncie los abusos que están ocurriendo con todas las consecuencias que trae que cuando empezás a comerciar con el mundo, el mundo empieza a cerrarte la puerta. Creo que esto les da la oportunidad a los nicaragüenses de repensar el voto y darle oportunidad a que otros gobiernen.  

¿Qué representa para las Américas que se consolide una nueva dictadura ahora en Nicaragua? 

Sería gravísimo porque todo nuestro continente ha sido muy golpeado por la pandemia y sería un golpe que las dictaduras se renueven, que gente como Ortega y Murillo vuelva a “ganar” las elecciones. También la mirada de los observadores y el control hace que la gente sea mejor, por eso hablo del rol tan importante del pueblo opositor.  

Hablemos de la respuesta diplomática del régimen de Ortega en los foros internacionales apelando al principio de “no intervención en los asuntos internos” de Nicaragua. ¿Es válido en este caso? 

Los argumentos (del régimen) me parecen totalmente inconsistentes porque los organismos internacionales tienen un fin, fundamentalmente la OEA en América Latina. El eslogan del intervencionismo lo puedo entender cuando vos te involucras en materia de otros países cuando allí no sucede nada, pero cuando vos sabes que hay una matanza y una violación sistemática de los derechos humanos; se llevan presa a las personas, van contra la libertad de expresión, atacan a periodistas... Entonces para eso está la OEA para tender puentes y hasta para echarte del organismo si es que vos no tenés una democracia en tu país. De ninguna manera los países hermanos podemos quedarnos callados cuando vemos lo que está pasando.  

Esto no es una conspiración contra Daniel Ortega. También sabemos que en 2018 hubo más de 20 policías muertos, no lo ignoramos. Tenemos que ponerlo todo arriba de la mesa. Hubo grupos armados civiles que fueron violentos, pero el Estado es el que tiene la responsabilidad del orden y de ayudar, de estar cerca de la gente y no en contra del ciudadano. No te pueden exigir un carné de militancia para darte lo que el Estado te tiene que dar porque todos somos iguales ante la ley. La OEA no puede quedar callada ante eso y además las pruebas son contundentes. Hay testimonios escalofriantes.  

¿Luego de esta resolución qué cree que va pasar, qué sigue, porque Ortega probablemente va ignorar esta nueva resolución? El embajador del régimen ya lo dijo, esta resolución para ellos no es vinculante.  

Aunque digan que no es vinculante, pero el milagro de lo que ocurrió hoy (martes) es que países impensados como Guatemala apoyaron “para con la persecución atroz de los opositores”. Esto que se votó hoy lo van a leer de alguna manera porque además los bancos empiezan a cortar los créditos y el país empieza a tener muchos más problemas económicos.  

¿Cuánto más puede hacer la comunidad internacional para aportar a una solución a la crisis de Nicaragua? 

La comunidad internacional puede poner una luz para que se vea más claramente en el mundo lo que pasa en ese lugar donde hay un régimen dictatorial, pero no hay nadie como los nicaragüenses para solucionar este problema. Que necesitan ayuda, auxilio, bien. Creo que los nicaragüenses tienen que lograr una unión fuerte, dejar de lado los egos y entender que la tarea es difícil, pero no imposible. Ojalá en noviembre estén todos juntos enfrentando este Gobierno para empezar una nueva etapa.  

Paula María, pero para las elecciones falta poco menos de cinco meses. ¿Cree que la OEA aún puede maniobrar para presionar a Ortega y Murillo? 

Hay muchos países que tienen absoluta sensatez, que tienen diplomacias muy serias y que están viendo lo que está pasando en Nicaragua y van empezar a decir que si esto sigue así no vamos seguir teniendo tratos. Entonces va quedando el país excluido y no creo que a ningún gobernante eso le cause gracia. El agua que se estanca, se pudre y eso no le hace bien a nadie. Estas elecciones son una gran oportunidad, nadie sabe el resultado, pero incluso si la oposición obtuviera un muy buen resultado podrían hacer mucha fuerza para seguir adelante y mejorar muchas cosas.

Yo le digo a Ortega y Murillo: dejen que la gente los elija libremente, tienen que tener la valentía para aceptar el resultado, no obligar a la gente a que los vote. Si realmente son tan poderosos y creen que la gente los apoya tanto, dejen de perseguir a opositores, abran la elección y vean los resultados.