Luciano García: “La firma del acuerdo de unidad demuestra que sus liderazgos están dispuestos a ceder”

El presidente de Hagamos Democracia insta al gran capital a procurar a que en el país se de un cambio de rumbo que termine con la dictadura de Daniel Ortega. “Los empresarios fueron partícipes de la destrucción del orden constitucional”. En esta entrevista habla sobre la oposición, los intentos de unidad y las mínimas garantías que deben existir para ir a elecciones.

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  • febrero 19, 2021
  • 12:36 AM
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Hagamos Democracia

Luciano García: “La firma del acuerdo de unidad demuestra que sus liderazgos están dispuestos a ceder” 

El presidente de Hagamos Democracia insta al gran capital a procurar a que en el país se dé un cambio de rumbo que termine con la dictadura de Daniel Ortega. “Los empresarios fueron partícipes de la destrucción del orden constitucional”. En esta entrevista habla sobre la oposición, los intentos de unidad y las mínimas garantías que deben existir para ir a elecciones.

Por José Denis Cruz | Febrero 19, 2021

Luciano García, presidente de Hagamos Democracia (Hademos) vive su segundo exilio. En la década de 1980 huyó de Nicaragua para no ir al Servicio Militar Obligatorio impuesto por el Gobierno sandinista de Daniel Ortega, y en 2018, cruzó hacia Costa Rica para protegerse de la represión, también de Ortega. Fue candidato a diputado opositor en 2006, y en 2008 se convirtió en concejal de Managua por el Partido Liberal Independiente (PLI). 

Ahora desde Costa Rica impulsa acciones para que los líderes de la oposición logren la unidad, y así presionar al dictador para que habilite condiciones electorales. Pese a que la dictadura le quitó la personería jurídica, Hademos mantiene proyectos enfocados en el fortalecimiento de la ciudadanía y la democracia. En esta entrevista, el exconcejal de Managua destaca el peor error de la oposición: llegar dividida a las elecciones de noviembre próximo.

 Y como abono, esta semana logró que cuatro aspirantes a candidato a la Presidencia por la oposición firmaran un acuerdo, en el que básicamente se comprometen a respaldar una candidatura única. Juan Sebastián Chamorro, Félix Maradiaga, Miguel Mora, Medardo Mairena, y los que se sumen, “tienen una responsabilidad histórica'', subraya. “No está en juego el PRD o CxL, está en juego el futuro de nuestros hijos y la familia... la firma demuestra que sus liderazgos están dispuestos a ceder”. 

Aún así Ortega retenga el poder más allá de este año, cree que ya tiene fecha de vencimiento. “Hay que hacer todo lo humano posible para que haya un cambio, y si se roban  las elecciones habrá que ir a una lucha cívica para que nadie reconozca su Gobierno. El país mismo lo va a ahogar. Ese desconocimiento podría traer hasta un golpe de Estado porque el Ejército y la Policía se va a ver amenazada”, considera. 

¿Qué valoración hace a nueve de que se celebren las elecciones, si tomamos en cuenta que hay un ambiente de incertidumbre porque Ortega no da muestras de impulsar reformas, pese a que la OEA le dio plazo a mayo?

En principio, nosotros somos fieles creyentes de que la transformación de Nicaragua va a hacerse a través de unas elecciones libres, transparentes y observadas. Estamos claros que el régimen no va a ceder el poder, por lo que hay que arrebatarlo con presión. Nuestra posición es seguir todas y cada una de las recomendaciones que da la comunidad internacional, sobre todo la OEA (Organización de Estados Americanos), que está monitoreando y en contacto con las organizaciones de oposición. Todos coinciden que para restablecer el orden constitucional en Nicaragua tiene que haber elecciones que le permitan al pueblo redirigir su destino. Nosotros estamos plegándonos a que Ortega dé condiciones habilitantes para poder ir a estas elecciones, y así arrebatarle el poder. El régimen usurpador, asesino, represor, quiere imponerse, pero nosotros haremos todo lo posible dentro de la vía cívica para buscar esa transformación. Si hay condiciones después de mayo, habrá que tomar la decisión en conjunto en cómo enfrentar al régimen, y si no hay condiciones, se tomará la decisión si se participa y valorar cómo se va a enfrentar al régimen.

 ¿Usted tiene esperanzas de que el país salga de Ortega en 2021? Ortega no da ninguna señal de que sea así.

Nicaragua ha salido de peores dictadores, este va a salir. Daniel Ortega tiene fecha de vencimiento, es el 7 de noviembre de 2021, más allá de eso Ortega no puede gobernar. Si se las roba, nadie lo va a reconocer, y si da condiciones, va a perder el poder. Ortega no va a continuar gobernando después de 2021, y la única base de que siga gobernando es a través de represión, sangre, y dolor; y en la historia tiene fecha límite. Y va a caer por su propio peso, y van a sufrir ellos las consecuencias de no dar condiciones de un cambio pacífico.

Hay líderes de oposición que creen que se debe ir con garantías mínimas. ¿Cuáles serían?

 La decisión debe estar cimentada para que exista presión y se den las verdaderas condiciones. Pero el régimen no las va a dar, y por eso debemos tener una línea roja. Las condiciones mínimas son: uno, depuración al padrón electoral; dos, cambios en el Consejo Supremo Electoral (CSE); tres, observación irrestricta de la OEA, de la Unión Europea y nacional. Esas son las condiciones mínimas, pero con esas le arrebatamos el poder a Ortega, y una cosa importante es el acceso a los fiscales a las mesas  de votación. Sin fiscales no vas a controlar una elección. 

 ¿Es indispensable que se libere a los presos políticos para ir a elecciones?

Eso lo ideal, es lo que todos deseamos, pero en 1990 cuando ganó doña Violeta Barrios de Chamorro había una cantidad de presos políticos, y ella dijo que participaría en unas elecciones para ganar y liberar a los presos políticos. La experiencia de la historia me indica que hay presionar para que se liberen, y si no ocurre, los tenés que ir a sacar. No podés quedarte pensando en qué hacer si no te los dan. La alternativa es ganar la elección, pero estamos con un dictador que no va a dar nada. Tenemos que ganar e ir liberar a los presos políticos. Tenemos que pelear con Ortega por la vía cívica.  

Usted enfatiza en el rol de la OEA. La Secretaría General firmó un memorándum de entendimiento con Ortega desde 2017, pero no lo cumplió, y Nicaragua parece salir de la agenda de la OEA ¿Se puede tener esperanzas en la OEA, en un Secretario General que no es contundente con Ortega? 

El problema no es de (Luis) Almagro, son los países. Los países mandatan al Secretario General. Este no es un juego mediático ni de bravuconada, este es un juego que tiene que ser serio. Son los países del hemisferio que están emplazando a Ortega, no es Almagro. Los países del continente le dijeron a Ortega que si no daba condiciones habilitantes no lo van a reconocer. En este tipo de acciones, lo que hay que hacer es sumar a más países para que presionen a Ortega y entienda que la salida a la crisis es a través de elecciones. Ortega tiene fecha de vencimiento, Europa tampoco va a permitir procesos fraudulentos. 

Usted mencionaba la observación electoral, quiero que hablemos de los observadores locales, hay organizaciones desmanteladas, como es su caso, y otras trabajan al mínimo como Ética y Transparencia (EyT). ¿Hay capacidad y tiempo para la observación local?

En principio, la organización insigne es Ética y Transparencia. Nosotros en el pasado observamos procesos electorales. Sin lugar a dudar hay que presionar para que exista observación nacional, que al menos observe EyT. Nosotros también, pero estamos claros que debemos unir esfuerzos con las organizaciones que tienen experiencia. 

Hablemos de la oposición, las organizaciones perdieron todo el 2019 procurando una unidad que no fue posible, a través de la Coalición Nacional. ¿Qué opinión tiene de estas agrupaciones, la Alianza, la Coalición, y la UNAB?

Este tema de la unidad es lastimoso. La gente pierde la esperanza y el ánimo.  Pero la firma de unidad de varios aspirantes a la presidencia, le devolvió el ánimo y la esperanza. Aquí tienen una responsabilidad histórica los líderes firmantes Juan Sebastián Chamorro, Félix Maradiaga, Miguel Mora, Medardo Mairena, y los que se sumen, porque no está en juego el PRD o CxL, está en juego el futuro de nuestros hijos y la familia, y al final son los líderes los que tienen la capacidad de convocar a la ciudadanía. Los líderes son los que van a poner presión a las organizaciones para que se dé una verdadera unidad. 

Todos esos líderes que menciona tienen un discurso de unidad, pero en la práctica parece que es imposible. Este medio hizo un debate y en él se emplazó a Juan Sebastián para que se reuniera la Alianza Ciudadana con la UNAB y la Coalición, y a la fecha no ha ocurrido. Usted sabe si hay conversaciones más allá de la firma de ese documento.

 La Comisión de Buena Voluntad está promoviendo estos encuentros. Nosotros vamos a ayudar en lo que podamos para que eso dé fruto y se pueda dar la negociación. Están obligados a un entendimiento. Sería irresponsable si no lo logran. Los candidatos no van a aprobar nada por ir separados. Las organizaciones tienen que establecer un mecanismo de unidad e ir en una casilla única.

Luciano García presidente de Hagamos Democracia, en 2018. FOTO / LA PRENSA

Ciudadanos la Libertad tiene una actitud cuestionada con la UNAB y la Coalición, mientras que el sector privado, el gran capital, guarda silencio. ¿Qué importancia tienen estos dos sectores?

La fuerza de ellos se va a desvanecer si no atienden o escuchan a los liderazgos. Ellos podrán decir lo que quieran, pero si no escuchan a sus líderes, quedarán disminuidos y abonarán a la desunión. Los grupos empresariales tienen la obligación de restablecer el orden constitucional en Nicaragua, porque ellos fueron partícipes de la destrucción. El modelo de alianza, diálogo y consenso, plasmado en la Constitución en 2013, fue promovido por el Estado y la complacencia de los grupos empresariales. Ellos saben que ese modelo les trajo riqueza temporal, y hoy sufren por la falta de un Estado de Derecho que les permita seguridad, no solo empresarial, sino jurídica y ciudadana. Si no promueven un cambio, perderán sus empresas, sus casas, porque no van a aceptar vivir bajo un régimen tiránico. 

Aquí pueden pasar dos cosas: no hay reformas y un sector de la oposición decide ir, y otro que sí querrá como los partidos políticos. Hay errores que han cometido opositores en Venezuela y Bolivia pero que los líderes nicaragüenses no están viendo. 

Los principales líderes ya visualizaron eso, por eso firmaron un documento de unidad para no dividir el voto. Quienes quieran ir sin liderazgos, no van a ningún lado. Están obligados a ir juntos. La gente pide unidad.

¿Qué opinión tiene sobre quienes critican a los personajes que están impulsando candidaturas cuando no hay indicios de reformas? 

Sería un error que no haya líderes candidateables. Lo que ellos hacen es prepararse, son candidatos para ir a una elección. ¿Cómo vas a prepararte para unas elecciones si no tenés candidatos? ¿Vas a llegar a mayo y no vas a tener? Yo creo que van tarde. A estas alturas ya deberíamos tener a un ejército de fiscales, ya deberíamos tener firmada la unidad de cara a ir elecciones o no. 

¿Esta oposición, los líderes, están a la altura de este momento histórico? El 2021 es clave para cambiar el destino del país. 

El documento firmado hoy es histórico porque representa el sentido de unidad, y demuestra que sus liderazgos están dispuestos a ceder, de volver al país al marco del Estado de Derecho. Este tipo de acciones es madurez y lección para no cometer errores de ir dividido. 

¿Cuál sería el mecanismo idóneo para elegir a un candidato único?

Cualquier mecanismo tienen que pasar por un proceso en que cada candidato se promueva ante la ciudadanía. Una encuesta la ganará alguien, el más popular; pero cuando la gente conoce a los candidatos, cambia de opinión. El primer proceso es que se den a conocer. Ese mecanismos de debate de ideas, permitirá luego definir un mecanismo en el que la gente puede decidir. Y en esos mecanismos pueden ser encuestas, primarias, consenso, primarias cerradas. Cualquier mecanismo tiene que ser cómodo para los candidatos.

Usted ha enfatizado en esta entrevista que hay que arrebatar el poder a Ortega, pero desde el año pasado Ortega ha promulgado leyes represivas que demuestran que no cederá. Tiene a la Policía, al Ejército. Si Ortega sigue en 2021 eso será catastrófico. ¿Cómo augura el panorama?

Nicaragua no es Venezuela, aquí no hay riqueza. Ortega necesita salvaguardar sus riquezas mal habidas, necesita que no lo juzguen por crímenes de lesa humanidad, necesita albergue en Nicaragua. ¿Arriesgará eso sabiendo que él que llegue lo va a acusar? Hay que hacer todo lo humano posible para que haya elecciones con garantías, y si se las roba habrá que ir a una lucha cívica para que nadie reconozca su Gobierno. El país mismo lo va a ahogar. Ese desconocimiento podría traer hasta un golpe de Estado porque el Ejército y la Policía se va a ver amenazada. La amenaza puede venir desde sus propias filas. 

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