Expresidente Enrique Bolaños: Jamás ordené disparar contra manifestantes

Siendo presidente de Nicaragua, Enrique Bolaños enfrentó un sinnúmero de protestas que, según recuerda, eran parte de una trama política orquestada desde El Carmen y respaldada por su antecesor y también liberal Arnoldo Alemán. Fue un pacto, dice Bolaños y pese a eso nunca ordenó disparar contra la población.

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  • junio 02, 2019
  • 03:43 AM

Siendo presidente de Nicaragua, Enrique Bolaños enfrentó un sinnúmero de protestas que, según dice, eran parte de una trama política orquestada desde El Carmen y respaldada por su antecesor y también liberal Arnoldo Alemán. Fue un pacto, reconoce Bolaños, y pese a eso nunca ordenó disparar contra la población.

Enrique Bolaños (2002-2005) fue el último presidente de Nicaragua en tiempos de democracia cuya Administración fue minada a través de la estrategia de gobernar desde abajo, a la que Daniel Ortega recurrió cuando en 1990 fue derrotado en las urnas por Violeta Barrios de Chamorro (1990-1995). Durante su gobierno enfrentó tranques, paros nacionales de transporte y laborales, huelgas estudiantiles y boicot político desde la Asamblea Nacional, sin embargo, asegura que jamás ordenó a la Policía Nacional reprimir con el uso de armas, ese tipo de expresiones ciudadanas.

Bolaños, tras asumir su mandato inició una campaña contra la corrupción y llevó a su antecesor el también liberal Arnoldo Alemán y a varios de sus funcionarios a la cárcel, después de logar un acuerdo político con Daniel Ortega para conseguir los 47 votos necesarios para la desaforación de Alemán.

Sin embargo, esta alianza con Ortega duró poco, ya que con la ayuda de los votos de Alemán, el actual mandatario socavó la gestión gubernamental de Bolaños al imponerle las reformas constitucionales, que debilitaron su mandato.

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Estas reformas incluyeron la creación de la Superintendencia de los Servicios Públicos, el Instituto de la Propiedad Reformada Urbana y Rural, la Ley de Seguridad Social, que dejaban el control de estas instituciones a la Asamblea Nacional, así como la imposibilidad del mandatario a nombrar a funcionarios públicos en el Ejecutivo, así como embajadores, cónsules y agregados diplomáticos.

En mi época los ministros podían dar declaraciones públicas sobre los tópicos que ellos quisieran, hoy es totalmente prohibido, ningún ministro puede dar ninguna declaración.

Enrique Bolaños.

Bolaños reconoce que el pacto Alemán-Ortega se consolidó y lo condujo a la ingobernabilidad, debilitando su administración que terminó con la aprobación de la segunda Ley Marco en el 2005, con la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA), que suspendió la aplicación de las reformas constitucionales.

En entrevista con Despacho 505 el expresidente Bolaños habla sobre la crisis sociopolítica y los mecanismos que se impulsan para buscarle una salida negociada a la crisis que vive Nicaragua desde abril de 2018. El problema, señala, es que negociar consiste en "yo te doy y tú me das... Eso es negociar: toma y daca (da), pero aquí no hay nada más que exigencia en el diálogo, de una parte".

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Esta inestabilidad, opina Bolaños, es el resultado de muchos años de movidas políticas, particularmente del pacto Alemán - Ortega que le garantizó al líder sandinista el retorno a la Presidencia y su permanencia en la misma mediante una consecuencia de violaciones a la Constitución.

Para saber realmente lo que ha pasado desde 2006 a la fecha "habrá que esperar", indica el expresidente de quien desde que dejó el poder se ha dedicado a construir un archivo histórico disponible en una biblioteca virtual que lleva su nombre. Miles de documentos, menos los de los tiempos de Ortega. "Ortega no es historia... todo es secretismo", afirmó.

¿Ingeniero Bolaños, qué valoración hace  de lo que ocurrió a partir del 18 de abril en Nicaragua? 

Pura violencia, pura violencia. ¿Cuántos presos políticos hay? En el primer periodo de (Daniel) Ortega en el noventa hubo por lo menos 10,000 presos políticos, llenaron las ciudades de cárceles, eran los muchachos (revolucionarios), que la misma España (estaba) enamorada de los muchachos, porque eran socialistas, eran comunistas, los manejaba Fidel (Castro), después comenzaron a despertar y ver que no eran (revolucionarios), que lo que querían proyectar no es lo que eran.

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¿Usted enfrentó protestas y asonadas, alguna vez dio la orden de disparar a la Policía, como ha ocurrido a raíz de las protestas de abril? 

Jamás, jamás. Yo siempre he sido civilista y pacífico. Vengo de una familia que nunca ha cargado pistolas siquiera. Ni siquiera salimos de casa para andar matando pájaros y animales. 

Pero a usted le tocó vivir una crisis sociopolítica y el boicot político con la Ley Marco...

Nunca (ordené disparar). Yo le orienté al ministro de Gobernación que los instruyera (a la Policía). Anunciaban que iban a tener una manifestación, que averiguara, entonces (la policía) que fuera sin armas y que cuidado, porque mejor que salgamos golpeados nosotros, los policías, y no irlos a golpearlos a ellos. Hubo un muchacho policía al que le tiraron un mortero en la cara y perdió un ojo y con el otro tiene muy poquita visión.

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Ante todos estos hechos de represión y graves violaciones a los derechos humanos ¿usted le ve salida mediante el diálogo actual? 

Ese es un tema muy largo para explicártelo, pero te lo voy a decir en dos palabras. Diálogo ¿qué cosa es? Que nos sentamos en una mesa a platicar de todo. Dialoguemos, hablemos de qué un grupo. ¿Y negociación? Es negociar, yo te doy y tú me das. Yo te doy mi carro usado por tanto y vos me ofrecés. Yo digo que sí o que no, y ahí vamos. Bajo yo el precio y llegamos a un lugar, (pero) donde estamos de acuerdo, eso es negociar: toma y daca (da), pero aquí no hay nada más que exigencia en el diálogo, de una parte. 

El expresidente Bolaños desde su oficina en El Raizón, Managua. ARCHIVO / DESPACHO 505

¿Para usted cuál fue el origen de esta crisis? 

Con el pacto de Ortega con Alemán en el año 2000. Antes de que él (Arnoldo Alemán) entregara la presidencia pactó con Ortega y rebajo de 45 por ciento el porcentaje de votos para poder ganar la Presidencia a 35%, cuando el promedio de Ortega ha sido 35 al 40 por ciento de votos, es decir, Ortega contento porque con eso yo puedo ganar la  Presidencia y efectivamente la ganó a cambio de aprobar una ley. Él, Arnoldo Alemán, como expresidente que va a llegar a ser diputado en la Asamblea y que, con los votos del Frente Sandinista, le garanticen, junto con sus diputados, salir electo presidente en la Asamblea Nacional a cambio de que yo te rebajo del 45% al 35% para que podas ganar la Presidencia. Eso fue lo que él hizo.

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¿Cuál es su valoración de los dos periodos y medio que lleva Ortega desde que volvió al poder?, ¿cómo lo calificaría? 

Es imposible, es imposible. Hay que esperar que termine, buscar los datos y tratar, si no destruyen todos los papeles como la vez pasada (1980-1990), para ver qué es lo que hicieron o dejaron de hacer. Ese esfuerzo mucha gente lo está tratando de hacer, pero no pueden dar `Pie con bola´. Es secretismo.

En mi época los ministros podían dar declaraciones públicas sobre los tópicos que ellos quisieran, hoy es totalmente prohibido, ningún ministro puede dar ninguna declaración. Es una tarea imposible de poder realmente conocer y documentarlo. Yo no estoy perdiendo el tiempo en eso, pues porque sé que es bien difícil y yo estoy más bien ocupado en montar mi biblioteca, ya la tengo montada, tengo casi 50,000 documentos de todo: históricos, pero sacado de los libros del Banco Central, recapitulaciones anteriores, donde existen datos. Que si hablamos del Producto Interno Bruto viene creciendo, pero hay una grada que cae vertical a un lugar, después aparece otra que dice tanto y no se sabe cómo ni dónde, (las estadísticas) son gradas y no es continua.

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Anteriormente en el primer periodo de Ortega, como él era el jefe revolucionario nadie sabía cómo se hicieron las cosas. Lo que sé es que para entregar el poder en 1990 quemaron documentos día y noche en Ministerios, en la Presidencia y en muchos lugares. Tuvieron que encender el horno del Banco Central que se usa para destruir billetes que están malos, que están vencidos, ahí pasaron noches quemando papeles de los 11 años que estuvieron gobernando, es decir, estadísticamente es bien difícil, se han hecho esfuerzos, yo hice esfuerzo para averiguar y sacar estadística, pero no existen. Muchas cosas no existen y estar perdiendo tiempo para ver lo que pasó, mejor sigamos adelante, hay que componer esto y dedicarse a componerlo.

¿Hubo corrupción entonces, ingeniero? 

Bueno, es que él (Daniel Ortega) es bien conocido mundialmente, y durante ese periodo y del 2007 en adelante ha habido toda una tremenda corrupción. 

A Ortega también se le critica por el excesivo despliegue de seguridad, que incluso ha significado un gasto extra del Presupuesto de la República, ¿usted disponía de doble personal de seguridad?  

Yo tenía un grupito pequeño de 14 personas entre la Presidencia, mi casa y en movilización a mi alrededor. 

¿Pero su seguridad estaba integrada por efectivos policiales cuyo salario salía del presupuesto de la Policía Nacional? 

Eran agentes policiales y el pago salía de la Policía Nacional que está adscrita al Ministerio de Gobernación. 

¿Entonces usted no tenía un presupuesto paralelo para su seguridad? 

En absoluto, yo no. Nunca maneje eso. Ortega tienen dicen 400 personas, dicen, lo que pasa es que todo es un misterio.

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