Mario Arana: “Vamos hacia una depresión económica de la que puede costar mucho salir”

El expresidente del Banco Central de Nicaragua analiza el impacto que ha tenido la crisis sociopolítica en la economía de Nicaragua, próxima a una depresión si el régimen de Daniel Ortega no muestra voluntad por resolverla.

El dictador Daniel Ortega está poniendo en riesgo el desarrollo económico de Nicaragua de los próximo años en tanto no acepte una verdadera salida negociada a la crisis que vive el país desde abril de 2018, y que provocó que la economía decreciera 3.8%, según  datos oficiales del Banco Central de Nicaragua (BCN). Ortega, así, está arriesgando los 27 años que le permitieron a la nación un mediano crecimiento entre 1990 y 2017, que se tradujo en más inversión y menos pobreza.

“Vamos hacia una depresión que puede costarle mucho al país salir de ella, y es lo que se quiere evitar, pero va a depender de la dinámica que lleve esta negociación, que no luce lo suficientemente fuerte, más bien es una negociación que va lenta, con poco compromiso con el cumplimiento de los acuerdos, y hace tener el presagio que no sabemos si va a cerrarse o cuándo podría terminar”, dice el expresidente del BCN, Mario Arana, quién además de presidente de la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (Amcham).

En entrevista con Despacho 505, Arana, miembro negociador de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia  en la mesa del diálogo, a pesar de la lentitud de las negociaciones, se muestra optimistas en que Ortega finalmente cederá en un adelanto electoral para resolver la crisis que ha dejado entre 325 y 500 muertos, más de 700 presos políticos, y miles de nicaragüenses en el exilio. “Si bien este proceso va a ser lento, y no será tan claro, eventualmente aquí va a haber un adelanto de elecciones y reformas electorales”, dice.

Arana valora el impacto de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos a funcionarios, el rumbo del país para este 2019 y la posibilidad de una devaluación del córdoba. Además, reflexiona sobre el papel que jugará el sector privado en este momento histórico del país. “Esta crisis le ha enseñado al sector privado, y asume todos los riesgos de mantener la postura, porque ha habido intento de atraer a los empresarios al viejo modelo, pero nos mantenemos firmes con la claridad de que tenemos que replantearnos las cosas en el país y sembrar estabilidad a largo plazo”, enfatizó.

El Banco Central informó que la economía en 2018 decreció 3.8%, y para este 2019 la Cepal y el FMI estiman un decrecimiento de 5%. ¿Qué tan  cerca está Nicaragua de caer en una depresión económica?

Vamos en esa dirección, definitivamente, sobre todo si no hay salida a la crisis, en el sentido de que no lleguemos a ningún acuerdo y esto quede inestable y lleno de incertidumbre, a como ha estado. Ese es el riesgo mayor.

"Ya el país está siendo uno con ingreso bajo porque de US$2,000 para arriba es que se considera un país con ingreso medio. Lo que habías ganado estos años se está perdiendo, es como si nada pasó aquí desde 1994". 

Mario Arana.

¿Cuáles fueron las actividades económicas más afectadas en este año de crisis?

En particular el comercio: venta de vehículos, línea blanca, ropa; pero los alimentos no estaban siendo mayormente afectados. En el caso del turismo está muy colapsado, prácticamente a la mitad de lo que se esperaba fuese su nivel.

También el sector de la construcción porque se contrajo el financiamiento, los bancos al perder depósitos se enfocaron en mantener liquidez y dejaron de prestar. Esos fueron los sectores más afectados. Las exportaciones se sostuvieron, incluso la agricultura estuvo más o menos, pero este año el impacto económico será más generalizado y continúan el desempleo.

En fin, vamos hacia una depresión que puede costarle mucho al país salir de ella, y es lo que se quiere evitar, pero va a depender de la dinámica que lleve esta negociación, que no luce lo suficientemente fuerte, más bien es una negociación que va lenta, con poco compromiso con el cumplimiento de los acuerdos, y hace tener el presagio que no sabemos si va a cerrarse o cuándo podría terminar.

Bajo este ambiente incierto y actuales condiciones económicas que vive Nicaragua, ¿cuánto puede sostener Ortega a la economía?

Recordemos los 80, en esa década Nicaragua primero cayó 29%, después creció unos dos o tres años, luego comenzó un declive de la economía persistente y a la misma vez  pérdida de control macroeconómico, o sea hubo una hiperinflación que llegó a ser de 32,000% en un año.

Las economías se deterioran y parecen llegar a niveles muchos mayores de deterioro a los que se tienen en ese momento, el asunto es a quién le sirve esto. No le sirve ni al mismo Ortega porque entre eso, las sanciones y la efervescencia social, su propio partido se va a desmoronar porque ya no son las mismas expectativas.

Además, habría que preguntarse si el Ejército como grupo económico, que ha abogado firmemente por buscar una salida negociada, va a mantenerse sin actuar. Si bien este proceso va a ser lento, y no será tan claro, eventualmente aquí va a haber un adelanto de elecciones y reformas electorales.

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¿Usted cree que Ortega ceda en un adelanto de elecciones, si pareciera que anda en campaña para 2021?

Sí, y lo que hará es hacerlo lo más largo posible. Pero va a tener que ceder porque lo que arriesga es mucho, y no lo veo manteniendo el control.

¿Cómo afectará a los nicaragüenses esa proyección decrecimiento de la Cepal para este 2019?

Nicaragua en 2018 y 2019 debió haber crecido a un promedio de 4.5%, si uno hace un cálculo de qué significa lo que se pierde a estas tasas, estamos hablando de US$3,000 millones que se dejaron de generar, que son unos US$500 dólares por habitantes, es un monto fuerte. Ya el país está siendo uno con ingreso bajo porque de US$2,000 para arriba es que se considera un país con ingreso medio. Lo que habías ganado estos años se está perdiendo, es como si nada pasó aquí desde 1994. 

Más pobreza…

Esa es una de las consecuencias. Tenés el problema que aquí se dice que hubo unos 22 puntos porcentuales de personas que salieron de la pobreza, y con esta crisis estos son grupos altamente vulnerables, que están relativamente cerca de la línea de la pobreza, no va a tomar mucho tiempo para que estén en pobreza. Podemos retroceder y ganar 10 o 20 puntos porcentuales más de pobreza en este proceso en el que estamos.

Eso ocasionará más migración de la que ya hay…

Hemos visto ya migración por razones políticas, se estiman alrededor de 50,000 personas.

"Cualquier cosa se puede esperar de Daniel Ortega, pero hemos conocido a un Ortega que ha tenido un destello de pragmatismo importante en el pasado. Desde mi punto de vista, para preservar su base política de su partido, a estas alturas con la expectativa, Ortega va a buscar una salida negociada, tal como lo está haciendo"

Mario Arana.

Pero un panorama económico sombrío como al que se enrumba el país, la migración será por pobreza.

Sí, está ocurriendo de hecho. Mucha gente simplemente no está viendo esperanzas y por esa razón está decidiendo salir.

Las medidas económicas impulsadas por el régimen, la reforma tributaria y la del INSS, podrían palear el déficit del sector público, ¿pero esto realmente ayudará o empeorará la economía?

Esa es otras de las razones por las que creo que difícilmente el régimen puede sostenerse sin hacer cambios importantes en su estrategia de gobernabilidad. El déficit fiscal es muy grande y combinado con el déficit del INSS también se hace peor. El déficit del sector público se estimaba en US$700 millones, el año pasado US$300 millones no se pudieron financiar, y al final se acudió a reservas internacionales.

Este año se proyectó un déficit de US$700 millones con una proyección de 1% de decrecimiento y además, con unos supuestos de financiamientos externos e internos que no los veo viable. El hueco fiscal es inmanejable, y con la reforma fiscal y la del INSS algo van a recaudar, pero no es sostenible y tendrán que reformar en poco tiempo.

Un desastre económico mayor podría arrinconar a Ortega, no quiero compararlo con los 90  porque había otros factores, pero es poco similar.

Estemos claro, cualquier cosa se puede esperar de Daniel Ortega, pero hemos conocido a un Ortega que ha tenido un destello de pragmatismo importante en el pasado. Desde mi punto de vista, para preservar su base política de su partido, a estas alturas con la expectativa, Ortega va a buscar una salida negociada, tal como lo está haciendo, sin embargo sus tiempos no son los nuestros, esa es la parte que me genera duda. Veo buscando una salida, no veo dejando al país desmoronándose, por tanto no veo convirtiendo a Nicaragua en otra Venezuela, además que las presiones internacionales no van a permitir tampoco eso.

¿Después de lograr un acuerdo político para resolver la crisis, cuáles serían los ajustes económicos que se deben promover para sacar a la economía a flote?

Esperamos que se pueda incentivar que la gente vuelva a traer sus depósitos o que no los siga sacando del país, eso ayudará a restablecer el crédito para el consumo y la producción. Se tiene que hacer alguna reforma a la Seguridad Social, debe ser integral y más inteligente, otra reforma fiscal, no van a ser medidas fáciles. Esperamos que se pueda lograr un paquete de cooperación para Nicaragua después de la crisis, que ayude a amortiguar el impacto de un proceso gradual de cara a la estabilidad económica.

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¿Qué futuro le ve al INSS considerando que la reciente reforma no ayuda a sostenerlo por mucho tiempo? ¿Qué futuro tendrá cuando el sector público, que tendrá que rescatarlo, se está quedando sin dinero?

Va a depender de qué sectores se verán afectados en el sentido que tenés que buscar más formalidad. Se tendrá que impulsar medidas que mejoren las condiciones del INSS; pero la solución al INSS es integral, se deberá deshacerse de muchos activos que el INSS tiene que son ilíquidos. El INSS tiene construcción, edificios que se tendrán que rematar.

Según Funides, 400,000 personas quedaron desempleadas en los últimos meses por esta crisis, ¿cuánto le tomará al país recuperar estos empleos?

No es fácil. Las últimas cifras indican que 160 mil empleos se han perdido en el seguro social. Funides ha hablado de despidos, algunas de estas personas se emplean en algún subempleo porque perdieron su trabajo estable y están ahora en alguna actividad menos productiva. ¿Cuánto puede tomar recuperar? Cuando esta economía crecía estaba generando 60,000 empleos anuales, a veces más, pero ese el ritmo al que ha crecido el empleo en Nicaragua, entonces para recuperarlos se necesitará recursos externos que nos permita mayor inversión pública. Esperemos que el sector comercio y el turismo ayuden, estos sectores son altos en generación de empleo y podrían recuperarse más fácilmente de haber una solución a la crisis. La esperanza es que los sectores que fueron los primeros en caer, sean los primeros que dinamicen la economía.

El gran temor de los nicaragüenses ha sido la devaluación ante la salida de depósitos y la caída de reservas internacionales del Banco Central, ¿al paso que vamos se podrá mantener estable el córdoba, qué tan fuerte está nuestra moneda?

Lo cierto es que se ha reducido la salida de depósitos, que es lo que ponía presión a las reservas. En diciembre fue positivo en término de crecimiento de los depósitos, fue leve de unos US$10 millones. En enero hubo una salida de US$20 millones y en febrero fue de US$40 millones. La gente está moviéndose de certificados de depósitos a cuentas de ahorro. Eso cambia la tendencia y si eso se mantiene así estamos hablando que se compra más tiempo, las reservas pueden aguantar todavía un poco más.

¿Cuánto?

No he querido predecir eso porque es un error, además se alimentan expectativas. Algunos decían que en abril nos quedábamos sin reservas, otros que desde noviembre y que aquí iba a haber devaluación. Siempre dije que no era así, todavía hay un margen de maniobra, los indicadores nos muestra fortaleza.

¿Ante una depresión será inminente la devaluación?

Si aquí no hay acuerdo estas tendencias pueden cambiar abruptamente. Yo no creo que Ortega quiera que Nicaragua entre a una debacle económica como la de los 80.

"Funides ha hablado de despidos, algunas de estas personas se emplean en algún subempleo porque perdieron su trabajo estable y están ahora en alguna actividad menos productiva. ¿Cuánto puede tomar recuperar? Cuando esta economía crecía estaba generando 60,000 empleos anuales, a veces más, pero ese el ritmo al que ha crecido el empleo en Nicaragua, entonces para recuperarlos se necesitará recursos externos que nos permita mayor inversión pública".

Mario Arana.

Estados Unidos continúa con sanciones a funcionarios públicos muy cercanos al régimen, ¿qué impacto tiene esto en la economía? 

Por lo pronto, no tanto. Cuando son sanciones individuales lo que genera es incertidumbre, pero acá ya tenemos incertidumbre, pero desde el punto de vista económico ya no veo mayor afectación en sanciones individuales o las de Bancorp.

Y los efectos en concreto de la Nica Act, eso empeoraría la economía…

Hemos estado viendo una estrategia de Estados Unidos de cómo procederán las sanciones, han estado sancionando al círculo del poder. Si los Estados Unidos aplican sanciones que signifiquen el recorte del financiamiento, pues creo que los países están meditando qué tanto quieren afectar al pueblo de Nicaragua. Los veo más focalizado en sanciones individuales.

¿Y no ve una afectación en el Cafta, el tratado de libre comercio que Nicaragua tiene con Estados Unidos, de eso se ha hablado?

Eso sería tirar la bomba atómica, sería muy negativo para el país. Yo espero que no lleguemos ahí, y que antes de eso logremos un acuerdo a esta crisis.

¿Cuál es la relación que tiene el sector  privado con el gobierno? ¿El único vínculo es el que sostienen los empresarios en la mesa de negociación?

Más allá de la mesa de negociación no, en absoluto. No por lo menos del sector privado organizado que está en las cámaras de Cosep, Amcham o Funides. Hemos tomado la decisión de permanecer unidos, de reconocer que hay crisis profunda y que decidimos ponernos del lado de los movimientos sociales que demandan en este país un cambio. Eso no va a cambiar, el sector privado se da cuenta que el modelo que había fracasó, el modelo no era sostenible porque se preocupó poco por la institucionalidad, por lo político. Lo único que le da sostenibilidad de largo plazo a Nicaragua es si se establece una democracia genuina con balance de poderes.  El modelo de perpetuarse en el poder no tiene viabilidad ni en Nicaragua ni en el mundo.

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¿Esa reflexión de que el modelo de alianza entre el sector privado y el gobierno fracasó surgió a raíz de la crisis o antes? Todo parecía que estaba bien, al menos eso expresaban los empresarios organizados.

Dentro del sector privado no es que nunca hubo unanimidad, había una hegemonía de ese modelo, pero unanimidad no había. Me incluyo entre los que muy abiertamente veníamos discutiendo este problema. Yo he estado en Funides desde su fundación y desde ahí fuimos muy claro en apuntar la falta de institucionalidad en el país.

¿Y qué rol asumirá el sector privado en esta fase histórica que vive el país?

Esta crisis le ha enseñado al sector privado, y asume todos los riesgos de mantener la postura, porque ha habido intento de atraer a los empresarios al viejo modelo, pero nos mantenemos firmes con la claridad de que tenemos que replantearnos las cosas en el país y sembrar estabilidad a largo plazo, si no lo hacemos nosotros mismos, nos estaríamos disparándonos en el zapato. Las lecciones ahora han sido aprendidas, desafortunadamente con mucho dolor para el país, han sido mucha las familias afectadas, pérdidas de vidas y eso es desgarrador para todos.