Excarcelado político, Yubrank Suazo: “Monimbó está deseando a gritos, como mujer en parto, justicia y libertad”

Masaya cambió desde que se insurreccionó contra la dictadura orteguista en abril de 2018. A pesar del asedio, los asesinatos y las detenciones, el otrora bastión del sandinismo sufre, pero “su espíritu altivo y guerrero continúa intacto”, resalta el líder opositor Yubrank Suazo.

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  • abril 17, 2020
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Excarcelado político, Yubrank Suazo: “Monimbó está deseando a gritos, como mujer en parto, justicia y libertad”

Masaya cambió desde que se insurreccionó contra la dictadura orteguista en abril de 2018. A pesar del asedio, los asesinatos y las detenciones, el otrora bastión del sandinismo sufre, pero “su espíritu altivo y guerrero continúa intacto”, resalta el líder opositor Yubrank Suazo.

Por JOSÉ DENIS CRUZ | 18-04-20

Una caravana de 2,000 parapolicías y policías irrumpió en Masaya la mañana del 18 de julio, tres meses después de iniciar la Rebelión de abril. Los hombres vestían de azul y con pasamontañas, se desplazaban en camionetas 4x4 y portaban armas de alto calibre, como si se tratara de una operación en zona de guerra. Atacaron a sangre y fuego a esa ciudad, de 160,000 habitantes al Sur de Managua, bastión de la oposición a la dictadura de Daniel Ortega. Tras ocho horas de represión, Masaya finalmente cayó.

 

Cayeron las barricadas que se construyeron con adoquines en Monimbó, como lo hizo este barrio indígena durante la insurrección contra la dictadura de Anastasia Somoza en 1978, mientras que los líderes sociales que surgieron al fragor de la Rebelión cívica fueron asesinados o forzados al exilio, otros condenados a pasar meses en cárceles por delitos que no cometieron, como Yubrank Suazo (29 años). Masaya cayó. Y calló ese jolgorio que caracteriza a la ciudad cuna del folclore y la cultura de Nicaragua.

 

Desde ese día en la Masaya rebelde la pirotecnia no suena, ni las marimbas, ni los filarmónicos. Desde ese día el clima de luto cobija a la ciudad y su barrio indígena de Monimbó. Más de 30 personas fueron asesinadas por los agentes represores de la dictadura, y según el excarcelado político Yubrank Suazo, “Nicaragua y Monimbó están deseando a gritos, como mujer en parto, justicia y libertad”.

 

¿Cómo ha cambiado Masaya después de abril del 2018?

 

Masaya es sinónimo de alegría, de festejo, de una riqueza cultural enorme que representa la identidad del nicaragüense, pero después de abril de 2018 la alegría que provocaba el cimbrar de la marimba, para las fiestas patronales de San Jerónimo, fue totalmente contraria en el pueblo de Masaya. Ahora escuchar La danza negra es sinónimo de dolor, de sufrimiento y es algo que ha quedado bastante marcado desde abril 2018 en el espíritu y el alma del Masaya y de forma muy particular en el barrio de Monimbó. Es lamentable hacer un recorrido por las principales calles y saber de que hay puntos de referencia en la ciudad donde se recuerda la caída de algún hermano que fue asesinado en el transcurso de esta protesta cívica.

 

Mencionabas a Monimbo, ¿cómo ha cambiado la vida de los ciudadanos monimboseños?, ¿cómo están los ánimos al ver que hoy en día esta crisis parece interminable?

 

Interminable yo diría que no, más bien Daniel Ortega se ha dado cuenta de que a pesar de las represalias contra Monimbó, bastión de la revolución popular sandinista, el espíritu altivo y guerrero continúa intacto, continúa firme y es por eso que el asedio, la persecución, los asesinatos son el pan de cada día en Monimbó.

 

¿Cómo se demuestra ese espíritu de resistencia a pesar del asedio constante?

En cada actividad religiosa se demuestra la inconformidad que hay contra este sistema, la gente se manifiesta con las banderas azul y blanco, gritando consignas, y un sinnúmero de actividades que de pronto aparecen, como los globos azul y blanco, papelillos. Otras veces se escuchan detonaciones de una u otra bomba en la madrugada o por la noche y estos son signos de resistencia del pueblo.

El líder de Masaya es recibido por todo un pueblo, después de ser excarcelado. Yubrank Suazo estuvo encarcelado 10 meses en las celdas de La Modelo, Tipitapa. Sufrió tortura. CORTESÍA / CONFIDENCIAL

Masaya fue un caso bastante particular durante la Rebelión de abril, ¿crees que pueda haber una nueva explosión social como la de 2018?

 

Cuando se vive en un sistema represivo y autoritario no se puede descartar nada, pero el pueblo después de abril tomó la decisión de luchar cívicamente. Para que se dé una insurrección como la de abril 2018 se necesitan muchos factores que influyan en la decisión del pueblo de levantarse nuevamente a como se hizo en abril 2018. El espíritu y llama de abril continúa viva, pero ahora usando otras estrategias un poco más prudentes, sin exponer y arriesgar la vida del Masaya. 

 

Las veces que fui a Monimbó la gente me expresaba las ganas de derrotar a la dictadura por la vía cívica…

 

Hoy más que nunca estamos convencidos que la salida de este sistema dictatorial debe ser por la vía pacífica. Los nicaragüenses tenemos la oportunidad de romper el círculo vicioso que hemos heredado de las generaciones anteriores. Es necesario dejar marcado y hacer un hito dentro de la historia política y social de Nicaragua para que estos cambios se logren de forma pacífica. Si bien es cierto es un proceso difícil y lento, pero tenemos que poner todo nuestro esfuerzo y tener la suficiente responsabilidad al momento de hacer algún tipo de acción para evitar que nos lleven a un desenlace triste como fue el de 1979.

 

¿Cómo están los liderazgos hoy en día en Monimbó?

 

Te diría que un buen porcentaje de los hermanos de lucha que iniciamos se encuentran en el exilio, pero creo que ellos aún desde fuera continúan promoviendo la resistencia y liderazgo. Ciertamente muchas de las caras visibles que estábamos diario en las calles en esos momentos hoy no están acá.

 

Masaya tiene un número considerable de víctimas mortales de la represión, se desconocen los autores de estos crímenes y no hay un Estado que garantice justicia, ¿los familiares guardan la esperanza de que los responsables directos paguen?  

 

Mientras Ortega esté en el poder, Nicaragua no puede tener justicia, tenemos que estar claros de eso, no podemos continuar dando campañas populistas de que debe haber justicia a lo inmediato, eso es irreal, incumplible. No se puede jugar con el duelo y el sufrimiento de las familias que perdieron un ser querido, sí estamos comprometidos de que en un nuevo gobierno deben de sentarse en el banquillo de los acusados a todos los responsables materiales e intelectuales, porque el pueblo de Masaya sí tiene claro quiénes son los actores intelectuales y acá se ha señalado categóricamente al Orlando Noguera, alcalde de Masaya, y Eliseo Ramírez que ha estado al frente de toda la represión y así de una u otra forma otros personajes están identificados en cada uno de los barrios. No digo con esto de que se tiene que hacer una pasada de cuenta porque no apuesto a eso.

 

Masaya era un bastión de la Revolución sandinista y lo veíamos en los repliegues... ¿ahora quienes apoyan a Ortega?

 

Ortega se ve acompañado solamente de los trabajadores del Estado que muchos de ellos acuden por miedo a perder su trabajo y porque son obligados, pero no por convicción ni porque crean en el sistema que está liderando el país. A eso se ha reducido el cuerpo del orteguismo actualmente y del brazo opresor del régimen que es la Policía.

Masaya, uno de los bastiones del sandinismo, se levantó contra la dictadura de Daniel Ortega. CORTESÍA / CONFIDENCIAL

¿Cómo recibieron ustedes la noticia de que en febrero de 2019 los diputados aprobaron una declaratoria para conmemorar el arte y la cultura de Monimbó?

 

Simplemente una ofensa para el pueblo, Masaya no necesita más reconocimientos, ya es lo suficientemente reconocida por su artesanía, su folclore, su idiosincrasia, su coraje, su valor y por no doblegarse ante nada ni nadie, y se lo ha dejado claro al orteguismo. Lo que Nicaragua y Monimbó están deseando a gritos, como mujer en parto, es justicia, es libertad... es ese el mejor reconocimiento que puede recibir Monimbó a quien le ha costado un porcentaje bastante alto de esta lucha de abril.

 

¿Hay algún movimiento de Masaya que esté integrado a la Alianza Cívica y la UNAB?

 

La Alianza y la UNAB Son dos organizaciones que están consolidadas o en ese proceso de consolidación. Ambas organizaciones cuentan con personas y agrupaciones que en su momento formaron parte del Movimiento 19 de Abril, el movimiento está en un proceso de reestructuración porque la mayoría de las caras visibles están en el exilio, otros nos tocó cárcel y ha sido difícil reestructurarnos, pero estamos apoyando a estas agrupaciones que están trabajando el proceso organizacional por territorio.

 

¿Y las bases confían en estas organizaciones políticas?

 

No quiero pecar de vanidoso, pero era una crítica o reflexión que le hacía a una organización. La credibilidad y confianza que está depositado la población en las distintas organizaciones a nivel nacional, no es principalmente por los políticos tradicionales que están dentro de ella sino por los nuevos liderazgos que han surgido desde abril y que hoy estamos ahí asumiendo los riesgos, porque es así, nosotros continuamos asumiendo riesgos día a día, de volver a la cárcel, de que podamos caer muertos producto de un accidente, que ya sabemos cuales son esos accidentes... y es ahí  donde tenemos el compromiso y obligación de hacer valer la voluntad popular, de la mayoría de la gente.

 

Hablás de nuevos liderazgos, pero Edwin Carcache decidió salir de forma polémica de la Alianza, aunque luego se reintegró, porque cuestionaba esos liderazgos que no son nuevos.

 

Edwin tuvo sus razones, las cuales respeto, aunque con esto no quiero decir que las comparta,  pero estoy claro de que en esto procesos de democratización no solamente tenemos que señalar al régimen  sino también a nosotros, porque corremos la tentación de volver a cometer los mismos errores del pasado y por lo que la población ha perdido la confianza en los políticos, entonces es ahí donde nosotros como nuevo liderazgo o caras visibles, que este término me gusta más, debemos trabajar por un sistema de democratización interno, no solamente del Estado, ni  del gobierno sino también de las organizaciones que actualmente están fungiendo como oposición en Nicaragua.

 

¿Soñás con que se recupere pronto la Masaya que toda Nicaragua conoce?

 

Sueño con que toda Nicaragua muy pronto sea libre, con que muy pronto vuelva a cimbrar la marimba en alegría y que podamos volver a convivir como hermanos sin diferencias políticas e ideológicas. Creo que ese va a ser uno de mis grandes trabajos en un cambio de gobierno, trabajar desde donde me toque, desde mi casa, desde donde sea, pero hay que trabajar por botar esos muros de división, de polarización en los que va a quedar sumergido Nicaragua.

 

Vos mejor que nadie conoces ese espíritu de Masaya, ¿qué papel ha desempeñado Masaya históricamente?

 

Ha tenido un lugar privilegiado que nunca le han sabido reconocer, más que de palabra, y por eso vemos también los grandes índices de pobreza que hay en Monimbó, y de eso es culpable el discurso populista del orteguismo, pero también la apatía de los gobiernos liberales en llamar a Masaya simplemente como la cuna y capital del folclore nicaragüense, pero que se la llevó el viento. No han habido proyectos para enriquecer la cultura del pueblo y su economía.

 

¿Vos aspirás a un cargo público?

 

Siempre he dicho que un cargo público no me quita el sueño, pero si la voluntad de la mayoría de la población cree que puede confiar en mí y que puedo desempeñar un buen trabajo lo voy a hacer, desde donde sea. Con esto no digo que tengo que ser la cabeza y por eso te dije que mi trabajo no se limita a un cargo público, mi trabajo va a estar totalmente abierto a un cambio de mente en el masaya y nicaragüense, y con eso tenemos que estar comprometidos todos los que iniciamos estamos lucha en abril 2018. 

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