Presidente de Puerta de la Montaña: “No existe libertad de religión en Nicaragua”
El pastor evangélico Jon Britton Hancock insiste en la liberación de los presos políticos de su ministerio en Nicaragua: “Estados Unidos está listo para recibirlos”, dice.
- agosto 22, 2024
- 03:06 PM
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La cancelación esta semana de centenares de organizaciones cristianas es una muestra de que “no existe libertad de religión en Nicaragua” y que el régimen de Daniel Ortega “intenta controlarlo todo”, advierte el pastor evangélicio Jon Britton Hancock, presidente del ministerio Puerta de la Montaña.
El cierre de organizaciones cristianas y ministerios tendrá un impacto significativo en las comunidades donde la fe es parte vital de la forma de vida de la gente.
“Lo que está pasando con todo esto y la actitud del Gobierno es sembrar miedo, un mensaje muy fuerte de que están tratando de controlar todo, matar la esperanza de la gente y poner obstáculos”, dice el pastor estadounidense en entrevista con DESPACHO 505. “Pero, el Gobierno de Nicaragua no tiene el poder para terminar con la fe”, advierte.
La organización Puerta de la Montaña fundada en Estados Unidos y que tenía presencia en Nicaragua también ha sido cancelada por el régimen en el mes de diciembre pasado y sus bienes confiscados. Al menos 13 de sus afiliados en el país están presos por supuesto lavado de dinero y fueron condenados en un proceso plagado de irregularidades en el que ni siquiera se ha notificado oficialmente las sentencias.
¿Cómo se encuentran los presos políticos de la organización Puerta de la Montaña, cuál es la última información que tiene sobre ellos?
No tenemos ninguna información o comunicación ni con ellos, ni con el Gobierno. No hay información oficial sobre ellos, Tampoco sus familiares han tenido ningún contacto. Muchas veces van ahí (al Chipote, donde creen que están detenidos), para llevar paquetes, ropa, comida, agua, les dicen que esperen todo el día, pero no les dejan pasar.
Oficialmente estamos en el aire, no sabemos cómo están ellos, no hay manera de verificar el estado de salud, la condición física, aun cuando hay algunos con enfermedades.
¿Los familiares y sus abogados tampoco han tenido contacto con los detenidos en estos meses? Se conoció en marzo que habían sido declarados culpables de lavado de dinero, ¿tampoco han sido notificados de la sentencia?
Rumores nada más, pero la comunicación oficial no existe.
Usted nos había comentado sobre la utilización de vías diplomáticas con Estados Unidos para lograr la liberación de los detenidos, ¿cómo avanza esto?
Seguimos muy activados en Washington DC, la embajada de Estados Unidos en Nicaragua también todos tratando de negociar una solución a esto. Es muy difícil medir cómo va porque el Gobierno de Nicaragua está muy cerrado, ellos no responden a nada.
Los Gobiernos tienen sus formas de comunicarse, sé que están en contacto, pero es muy delicado. Sin embargo, tengo verificación de que el Congreso de Estados Unidos, el Departamento de Estado y la Oficina del presidente Biden están involucrados en esto y están tratando de echar la mano.
¿Desde Puerta de la Montaña ustedes se mantienen abiertos a la posibilidad de la liberación vía destierro como se ha hecho con otros presos políticos y sacerdotes de la Iglesia católica?
Sí. Nuestra esperanza es que al menos los expulsen a los Estados Unidos. El Gobierno de los Estados Unidos está listo para recibirlos a todos, para abrir la puerta y darles refugio para que puedan vivir sin amenazas sobre su vida, en libertad de religión y en sus vidas en general, ellos y sus familias.
Pastor, esta semana conocimos la cancelación de 1.500 organizaciones en Nicaragua, la mayoría de corte cristiano evangélico. Ustedes cómo Puerta de la Montaña también perdieron su personería jurídica antes, ¿qué impacto puede tener esto en la gente en un país profundamente cristiano?
Conozco a algunas de ellas (organizaciones canceladas), en general, conozco muchos pastores y oenegés que estaban en Nicaragua por un solo motivo: ayudar a Nicaragua. Estaban destinando mucho dinero y recursos para ayudar a huérfanos, pobres, programas… Pero, esta vez han cancelado incluso iglesias.
Para mí esto es muy triste porque no eran ninguna amenaza. Probablemente el Gobierno va a confiscar todos los bienes, propiedades, carros, cuentas bancarias; es lo que hicieron con nosotros y es lo que hacen a todos los que cancelan. Es muy triste lo que está pasando, no existe libertad de religión en Nicaragua.
El pueblo de Nicaragua es rico es fe y lo que está pasando con todo esto y la actitud del Gobierno es sembrar miedo, un mensaje muy fuerte de que están tratando de controlar todo, matar la esperanza de la gente y poner obstáculos.
Mientras el régimen encarcela a sacerdotes y cierra iglesias y organizaciones evangélicas, está organizando actividades por el Día de la Biblia, ¿cómo valora ese contraste?
Ellos quieren aumentar la percepción de que hay libertad de religión en Nicaragua y tratan de decir que están controlando gente mala, pero eventos como Día de la Biblia se pueden realizar con toda libertad.
Pero se nota que si un sacerdote, un pastor o un líder dice una sola palabra de crítica sobre las actitudes que están mal respecto a derechos humanos —que es la responsabilidad de un pastor y un líder espiritual— esta persona no va a permanecer en libertad porque va a llegar la policía y esta persona va a desaparecer.
Para finalizar, ¿qué mensaje le envía a esas personas que se van a ver afectadas por el cierre de sus congregaciones religiosas y van a ver minimizada la práctica de su fe?
Está claro que si cancelas a un ministerio, pierden el derecho de estar en su edificio que están a nombre de la oenegé, la gente no puede llegar. Ellos dicen que hay libertad de religión, pero 1.500 cancelaciones en un día para decir que no se pueden seguir congregando en nombre de una organización, son dos mensajes. Decir es fácil, los hechos son otra cosa.
En toda la historia ha habido persecución de gobiernos contra la Iglesia, pero la fe real existe en la persona y Dios, es una relación directa. El Gobierno de Nicaragua no tiene el poder para terminar con la fe y la relación personal con Dios. Les animo a seguir su relación personal con Cristo. Sigan orando, congregándose en grupos chiquitos o grandes, con edificio o sin edificio. No hay Gobierno ni persecución que pueda con eso.