Noel Vidaurre: “Yo no soy un opositor de abril de 2018, soy un opositor muy duro”

Conservador, excandidato presidencial y figura incómoda de la oposición. Noel Vidaurre se define como un duro opositor, ataca frontalmente a la Alianza Cívica y la UNAB, y presenta su bloque político para salir de la dictadura en 2021. “Qué bueno sería que Daniel Ortega sea candidato porque es mucho más fácil derrotarlo”, sostiene.

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  • febrero 19, 2020
  • 02:08 AM

Conservador, excandidato presidencial y figura incómoda de la oposición. Noel Vidaurre se define como un duro opositor, ataca frontalmente a la Alianza Cívica y la UNAB, y presenta su bloque político para salir de la dictadura en 2021. “Qué bueno sería que Daniel Ortega sea candidato porque es mucho más fácil derrotarlo”, sostiene.

Noel Vidaurre libra una guerra ideológica contra la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) y la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), a las que desacredita como oposición, según él, porque están dominadas por viejos cuadros del Frente Sandinista. Y él no quiere saber nada de sandinistas que apoyan a Daniel Ortega ni de sandinistas que en la década de 1990 abandonaron las filas para formar el Movimiento Renovador Sandinista (MRS). Así, pues, con otros partidos políticos de dudosa credibilidad y organizaciones sin ningún peso o representatividad decidió crear un bloque de centro-derecha al que ha llamado República Avanza.

La presentación de esa facción, que pretende ser contrapeso de la Coalición Nacional, se realizó ayer en un hotel de Managua, sin el respaldo de figuras que gocen de credibilidad y sin propuestas claras de cara a derrotar a la dictadura. La única carta de presentación es un discurso en el que Vidaurre ensalza su trayectoria como un fuerte y feroz opositor contra Ortega desde siempre, desde que este gobernó el país en 1980 hasta estos tiempos en los que la represión ha encrudecido. “No soy un opositor de abril”, “yo anduve en todas las manifestaciones de 2018”, me dice en tono molesto cuando le cuestiono si es o no un político oportunista.

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“Queremos dejar un legado al pueblo nicaragüense de tener una opción distinta al sandinismo, distinta al socialismo del siglo XXI”, responde vía telefónica desde un hotel capitalino, minutos antes de comparecer ante pocos simpatizantes y medios de comunicación para presentar su proyecto político. Vidaurre es un político que ha querido ser presidente de Nicaragua. Fue candidato a la Presidencia en 2001 por el Partido Conservador y en 2016, a pocos meses de las elecciones, renunció a la contienda por fricciones con Arnoldo Alemán.

“También fui opositor de Alemán”, dice como queriendo exhibir credenciales de opositor. En esta entrevista con Despacho 505, el político dice que apuesta por ir a elecciones con observación nacional e internacional, aunque Ortega no acepte reformas que permitan limpiar el Consejo Supremo Electoral (CSE). Confía en que la población, atraída por su discurso antisandinista, se movilice a las urnas en 2021 y en caso de fraude, que es probable, se levante una insurrección que defienda el voto.

Tras el lanzamiento de República Avanza, la oposición que quiere aglutinarse en la Coalición Nacional, le acusa de ser una divisionista, una pieza de ajedrez, una célula de la dictadura. “Quienes me acusan de eso son los sandinistas de la UNAB y la Alianza, los castrochavistas”, señala iracundo. Al preguntarle si considera que Estados Unidos está apoyando a un grupo de “castristas” que están al frente de estas dos organizaciones que ve como enemiga, responde que no sabe, pero subestima al Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, al decir que está “mal asesorado”·

¿Qué expectativas tiene usted de este movimiento que presenta hoy (ayer) en Managua?

La principal expectativa es presentarle al pueblo de Nicaragua otra opción política que no sea una opción relacionada con el sandinismo, con más de lo mismo de los años 80 y de estos últimos años. Además, que el pueblo pueda tener la libertad de escoger qué tendencia política es la que quiere apoyar para el futuro de Nicaragua. No queremos ser presa de la dictadura ni de la noche oscura de los años 80.

La principal expectativa es presentarle al pueblo de Nicaragua otra opción política que no sea una opción relacionada con el sandinismo, con más de lo mismo de los años 80 y de estos últimos años.

¿Quiénes apoyan este bloque, qué partidos políticos u organizaciones lo respaldan?

Está el Partido Unidad Republicana, el Partido Libertario, el Frente Unido Democrático, la Federación Democrática, la Federación de Transporte, cuatro cooperativas de transporte y organizaciones gremiales de barrios y distritos del país.

¿Y usted piensa desde ya en una candidatura presidencial?

No, absolutamente no estamos pensando en una candidatura presidencial. Lo que queremos es dejar un legado al pueblo nicaragüense de una opción distinta al sandinismo, distinta al socialismo del siglo XXI.

A usted se le cuestiona que resurge en años preelectorales: en 2015 fue candidato a la presidencia y ahora en 2020 lo vemos nuevamente activo. Es señalado de ser un político oportunista.

Desde que Daniel Ortega llegó al poder yo tuve un programa de televisión que se emitió en varios canales  todos los lunes y en el que fui un duro crítico de la situación política, económica y social del país, y de la dictadura de Ortega, que estaba en ciernes. Alerté al pueblo de que se estaban destruyendo las instituciones democráticas y la libertad. Yo no soy un opositor de abril de 2018, soy un opositor muy duro desde que Ortega está en el poder. En los años 80 también lo fui y me fui al exilio por eso a Costa Rica, y en 1990 me vine a trabajar en la campaña de doña Violeta Barrios de Chamorro para derrotar a Ortega y cuando Ortega vuelve al poder en 2007 me convierto en un crítico duro, opositor firme y fuerte al Gobierno.

Con la Alianza Cívica usted ha tenido un marcado distanciamiento porque considera que está plagada por sandinistas, pero ahí hay personalidades con otras ideologías, que no se identifican con el sandinismo…

¿Por ejemplo?

Los estudiantes…

La mayoría de los estudiantes no está en la Alianza, la mayoría de los estudiantes y los exatrincherados están fuera, y sería bueno que viajaras a Costa Rica donde hay 80,000 refugiados, en su mayoría estudiantes y preguntales a ellos si están de acuerdo con la Alianza Cívica. Sería bueno que entrevistaras a estudiantes en Costa Rica y exatrincherados aquí para ver si es verdad que están apoyando a la Alianza.

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Pero no está en la mesa directiva, y el Movimiento les puso un plazo a hasta el 25 de febrero para ver si lograban conformar una Coalición. Que la Alianza no me hable de democracia porque pusieron de dedo a Gioconda Belli como suplente de Carlos Tünnermann. Ellos inventaron que estaba enfermo.

La Alianza aclaró que Carlos Tünnermann no estaba enfermo…

Eso dijeron aquí, como vos no estás en Nicaragua no estás enterado de esos detalles. Nombraron a Gioconda Belli de dedo, ¿quién la nombró?, ¿qué pueblo la eligió? ¿Vos conocés los antecedentes de Gioconda Belli?

No estamos hablando de Gioconda Belli…

Ella hizo una oda a Fidel Castro. Es una oda  a un pinche dictador asesino, que fusiló a más de 3,000 personas inocentes y que esclavizó a su pueblo. ¿Eso es sano para este pueblo que quiere libertad? No, señor. Además, dice la Alianza que es democrática, pero quién eligió a la Gioconda, qué estructura la eligió. La pusieron de dedo. De qué se quejan si ahí son una argolla que quieren tomarse el poder para volver a un sandinismo sin Ortega.

Usted qué puede decir de la queja de líderes estudiantiles de que políticos tradicionales están robando el protagonismo a los jóvenes.

Cada quién tiene su rol, los estudiantes tienen su rol, los políticos tienen otro rol, y los diferentes sectores tienen su rol. ¿Y por qué Edwin Carcache no está en Nicaragua? ¿Por qué se fue y renunció a la Alianza y denunció que se estaba aplicando una política que no era la que se había acordado? ¿O no estás enterado?

Yo no soy un opositor de abril de 2018, soy un opositor muy duro desde que Ortega está en el poder. En los años 80 también lo fui y me fui al exilio por eso a Costa Rica, y en 1990 me vine a trabajar en la campaña de doña Violeta Barrios de Chamorro.

Estoy enterado… Edwin Carcache se reintegró a la Alianza y aceptó representarla en el exterior.

Qué divertido. Se reintegró para taparle el ojo al macho, como decimos, para aparentar. ¿Por qué no está aquí en Nicaragua en la lucha?

¿Cuestiona a quienes están en el exterior?

No estoy cuestionando a nadie. Carcache salió de la cárcel y estuvo en Nicaragua solo que súbitamente se fue del país. Los que están en el exilio no están aquí porque los pueden matar. Renunció y se fue. ¿Por qué no está aquí si tiene la posibilidad de estar en Nicaragua? Él se fue haciendo una denuncia seria contra la Alianza y ahora lo engañan.

He hablado con estudiantes que están en Costa Rica y España y hay frustración por la división de los líderes de la oposición y el protagonismo surgido de políticos tradicionales. Hay un  hartazgo de los líderes que han estado en la política nicaragüense por décadas.

El hartazgo es hacia todos los que han gobernado Nicaragua en los últimos años. Yo no he gobernado Nicaragua, no he sido parte del Gobierno, tengo 28 años de no ser parte de ningún Gobierno, así que no me siento aludido de haber obtenido cargos públicos en los últimos 28 años y haber contribuido (a la instauración de la dictadura). Yo he sido un crítico, fui un crítico del gobierno liberal de Arnoldo Alemán, de los gobiernos posteriores y un crítico feroz de Ortega y su dictadura. Los exiliados no están con la UNAB ni con la Alianza, puede que estén molestos por la política que ha tenido Nicaragua en los últimos años; pero es importante hacerles ver que la política es necesaria en un país, es tan necesaria como la brújula en un barco, lo que pasa es que hemos sabido escoger mal, pero eso es otro tema. Todos los de la Alianza y la UNAB reniegan de la política y reniegan de los políticos, pero ellos están en la política ahora y quieren ser políticos, quieren ser diputados, candidatos a presidentes.

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¿Y cuál es su aspiración?

No tengo ninguna aspiración más que construir y dejar un legado para  que haya un legado de centro-derecha permanente en Nicaragua para que en los tiempos por venir sea un opción seria, que traiga progreso, libertad, justicia, democracia, algo así como el Partido Popular de España. Yo quisiera que este gran bloque fuera como el Partido Popular, que es una fusión del partido conservador de España, del socialcristiano, así se fundó un nuevo partido hace varios años y que es una opción de centro derecha, esa es mi aspiración principal.

¿Usted se ha reunido con el sector empresarial?

Tengo muchos amigos en el sector empresarial, hemos hablado, pero del proyecto y la necesidad de que haya una fuerza política que no tenga nada que ver con el sandinismo. No tengo más que esas conversaciones.

Las únicas fuerzas que cuentan con el respaldo de empresarios son la Alianza y la UNAB.

Pareciera que sos el defensor de la Alianza en España por todo lo que me estás preguntando y afirmando. Pero no importa que lo seás.

Si dice que en la Alianza hay puros sandinistas, entonces el capital representa al sandinismo…

No, ellos no representan al sandinismo.

¿Y por qué dice que está minado por el MRS?

Porque de siete directores de la Alianza, cinco son MRS.

Mike Pompeo se reunió con líderes de la UNAB y la Alianza en Costa Rica,  no así con partidos políticos tradicionales de Nicaragua. Partiendo de lo que me dijo, Estados Unidos está apoyando a personas que se identifican con el castrismo.

No sé si está apoyando, pero yo me imagino que el señor Pompeo no sabía con quién se estaba reuniendo, no conocía sus ideologías políticas. Ahí tenía un montón de gente, incluso a una costarricense como la Ana Quirós, y no había ni un solo refugiado nicaragüense, ni un solo estudiante que salió huyendo a Costa Rica. Yo me imagino que el señor Pompeo, que no tiene a Nicaragua en su cabeza, no sabía con quién se iba a reunir, porque lo organizan sus subalternos, y en ese sentido está mal asesorado.

¿Usted cree que la población pueda confiar en un movimiento que presenta hoy y que tiene como aliado a Alfredo César, un político que estuvo en el Partido Conservador, acusado de ser zancudo…

Alfredo César y el Partido Conservador no son integrantes de este bloque de centro-derecha, ellos han expresado que ven con buenos ojos que se fortalezca una opción de centro-derecha, pero no son parte. Hoy ni siquiera va a estar César en el lanzamiento.

Que la Alianza no me hable de democracia porque pusieron de dedo a Gioconda Belli como suplente de Carlos Tünnermann. Ellos inventaron que estaba enfermo.

¿Cómo piensa apuntalar su movimiento?

Lo más importante es llevar nuestro mensaje a todos los rincones del país. Apuesto a que la mayoría del pueblo es antisandinista, la gente está hastiada del sandinismo, no queremos que aparezcan más en la Asamblea, en el Poder Judicial, en el Ejecutivo. Eso va a producir una consolidación de una opción distinta. El próximo gobierno de Nicaragua necesita una identidad ideológica, necesita una agenda común para que progrese.

Sin los hechos de abril, que han cambiado todo el panorama político del país, usted también estaría hoy lanzando este bloque…

Mi decisión siempre ha sido la misma, yo he estado siempre en contra del sandinismo. Yo quiero un rompimiento con el sandinismo. Nicaragua no puede seguir siendo presa del sandinismo como lo ha sido hasta la fecha. Estos señores que hoy están en la UNAB y la Alianza destruyeron el país en los 80 y 90. Eso es lo que no queremos.

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Usted en 2015 dijo a 100% Noticias que tenía aspiraciones de conformar una unidad opositora y mencionaba lo difícil que era lograrlo. Hoy que Nicaragua está en un momento determinante y en el que la unidad es necesaria usted está conformando otro movimiento, dividiendo, dicen algunos, y dando la impresión que está complicando la unidad por la que apostaba hace cinco años.

Quienes me acusan de eso son los sandinistas de la UNAB y la Alianza, los castrochavistas. Quiero dejarte claro: Nicaragua no necesita a los sandinistas para derrotar a los sandinistas. En 1990 ganó doña Violeta y no se necesitó a los sandinistas, y en 1996 tampoco se necesitó a los sandinistas, y ganó Arnoldo Alemán. ¿Sabés por qué gano Alemán? Porque tenía un discurso antisandinista virulento. Es más, dijo que con un tractor le iba a ir a botar una calle pública que Ortega se había robado.

¿Entonces,  apuesta por un discurso antisandinista para darle impulso a su movimiento?

Yo no estoy apostando por un discurso antisandinista. Yo no soy igual a Alemán, pero mi discurso es totalmente antisandista, antisocialismo del Siglo XXI.

La oposición, usted, no debería verse en el espejo de Venezuela y Bolivia y analizar las consecuencias que tiene la división. En Venezuela el beneficiado fue Maduro y en Bolivia, a puerta de elecciones, el partido de Evo Morales.

No necesitamos a la minoría del sandinismo del MRS para derrotar al sandinismo. Ya que hacés el parangón con Venezuela, ahí el error de la oposición fue no ir a elecciones y permitir que Maduro se quedara sólo. Y entonces, ¿qué iba a pasar? Iba a ganar Maduro, porque no quisieron ir a las elecciones. Y cuando fueron a las elecciones siguientes de Asamblea Nacional lograron una abrumadora mayoría.

Si la oposición logró la mayoría en la Asamblea en 2015 fue porque se aglutinó en la Mesa de Unidad Democrática, todos los partidos fueron unidos. Y en 2018 cuando se fracturó la MUD y Henry Falcón, opositor entre comillas, fue como candidato a la presidencia, pues ya conocemos el resultado. Maduro sigue en Venezuela.

No quisiera compararme con Venezuela. La realidad es distinta. Lo que sostengo es que Nicaragua no quiere más sandinismo.

¿Usted iría a unas elecciones con Daniel Ortega como candidato a  la Presidencia y sin ninguna garantía?

En primer lugar, el Frente tiene que decidir quién es su candidato; en segundo lugar, qué bueno sería que Daniel Ortega sea candidato porque es mucho más fácil derrotarlo, porque está desacreditado; y en tercer lugar, con observación nacional e internacional hay que asistir a las elecciones porque si querés desalojar a Ortega del poder  tenés que derrotarlo y la única vía es la electoral.

¿Y si no hay observación electoral nacional e internacional usted participaría?

No, ahí todo se complica y por supuesto no vas a ir a elecciones sin observación. En 1990 no hubo reformas electorales, no hubo cambio en el CSE, eran todos sandinistas, y se fue a alecciones porque vino la observación internacional y se derrotó a Ortega y entregó el poder. Si Ortega se roba las elecciones pasará lo que pasó en Bolivia, el pueblo va a salir a las calles, vamos a salir a las calles. Lo que no podemos hacer es que Ortega vaya sólo o que vaya con sus partido aliados y gane las elecciones abrumadoramente.

Yo no he gobernado Nicaragua, no he sido parte del Gobierno, tengo 28 años de no ser parte de ningún Gobierno, así que no me siento aludido de haber obtenido cargos públicos en los últimos 28 años.

Usted iría a elección con observación y sin reformas electorales integrales. La observación es solo una de las demandas de las reformas.

Lo que es fundamental para el bloque centro-derecha es que haya observación nacional e internacional para que se respete la voluntad.

Es que la observación electoral tampoco es garantía. En 2011 la Unión Europea y la OEA documentaron el fraude  y a Ortega le valieron los informes de ambos organismos. Se necesita una reforma integral electoral.

La oposición está presionando por reformas. Todos los días hablamos de eso y hay presión internacional solicitada para que se presione a Ortega, pero el único que tiene el sartén por el mango es Ortega porque tiene 70 diputados, y esas reformas se tienen que hacer en la Asamblea. Si Ortega se quiere robar las elecciones vamos a salir a las calles.

Usted no toma en cuenta que Ortega tiene a la Policía, el principal brazo opresor. ¿Cómo pretende movilizar a ciudadanos cuando Ortega ha cercenado el derecho a la protesta y mantiene un estado de sitio de facto?

¿Entonces, qué hacemos para salir de Ortega? Eso se lo pregunto a la Alianza, cómo vamos a salir de Ortega, no hay que hablar por hablar. Se tiene que ir a elecciones, con qué fuerza lo vas a sacar. ¿Dónde están las armas?, ¿dónde está el financiador del ejército irregular que se enfrentará a Ortega? Nadie apoyará una guerra civil en Nicaragua.

El país tiene las esperanzas puestas en la unidad de la oposición, que presione unida por reformas y elecciones libres…

Y qué hacés con la unidad de toda la oposición si no hay elecciones. Todos queríamos que Ortega se fuera en 2018 y no se fue, que se fuera en 2019 y no se fue, que se vaya hoy y no se va. Tenemos que entender que estamos bajo las reglas de un dictador, no baja las reglas de un democracia y eso lo deben entender el pueblo, los medios de comunicación y los periodistas. Aquí lo que hay es lo que hay, como dicen los estadounidenses, y si hay elecciones hay que ir.

¿Y usted tiene una estrategia en caso de que no haya observación electoral?

Ya veremos. No podemos hablar de algo que no se ha producido.

¿Y no prevé?

Quiero prever lo contrario porque quiero darle esperanza a este pueblo, porque quiero motivar al pueblo a ir a elecciones, quiero darle a este pueblo una ruta, un camino de positivismo y  no negativismo.

Su discurso pareciera el de un líder autoungido…

Mis padres fueron los únicos que me ungieron cuando me bautizaron. Soy un simple ciudadano que tiene principios, valores e ideales para este pueblo.

Usted cuestiona que no hay elecciones en la UNAB y la Alianza, pero quién eligió a Noel Vidaurre para que liderara este movimiento.

No soy nada. Soy un simple coordinador del bloque de centro derecha formado por 14 personas que me eligieron.

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