Nina Cardenal canta a la Nicaragua que no volverá: “Como país todos estamos cambiando para bien”

Nina Cardenal se presenta como solista con una producción muy personal, en la que con temas como No volveré y Me quema habla del dolor del exilio y también de la esperanza de regresar a un país mejor.

Desde Oslo, Noruega, en un exilio forzado por la situación sociopolítica que vive Nicaragua, Nina Cardenal, comparte con el público la materialización de su sueño de grabar como solista. 

La joven artista, hija de la destacada cantautora Katia Cardenal, habló con Despacho 505, sobre el significado de esta primera producción individual que entrega bajo el título “No volveré”, y que corresponde al tema que más le cala, porque la conecta con Nicaragua.

Confiesa que escogió el nombre inundada por la nostalgia de la patria que dejó sin siquiera planificarlo. “Es con la canción que me siento más identificada desde junio 2018, cuando nos fuimos de Nicaragua sin saber que no íbamos a volver. Nicaragua nos consume, es de nuestro pensar y palpitar las 24 horas del día”, dice.

“No volveré” es un repertorio de cinco canciones, en su mayoría de la autoría de Nina e inspiradas en la situación que atraviesa Nicaragua y, en particular, los miles de ciudadanos que como ella dejaron el país a causa de la represión.

https://youtu.be/2rqiaBw49Hc

¿En esta producción hay una dedicatoria a Nicaragua?

Todo  lo que hago lo dedico a Nicaragua, pero supongo que las canciones más obvias son No volveré y No tengo nada, que las escribimos desde la perspectiva de estar exiliados.

No voy a volver al mismo país y yo no seré la misma persona. Siento que como país todos estamos cambiando para bien.

¿Qué significa para vos No volveré, el tema que le da nombre a tu producción?

Es una canción que escribí con mi mamá, Katia Cardenal, y trata sobre lo que estamos viviendo  los exiliados de nuestro país. Escogí ese nombre porque es con la canción que me siento más identificada desde junio 2018, cuando nos fuimos de Nicaragua sin saber que no íbamos a volver. Nicaragua nos consume, es nuestro pensar y palpitar las 24 horas del día.

El no volveré no es para tomarlo literal es más, (es como decir) que cuando vuelva (a Nicaragua) no voy a volver al mismo país y yo no seré la misma persona. Siento que como país todos estamos cambiando para bien.

¿Qué te inspira a hacer música?

Antes lo hacía porque me gustaba, porque con eso crecí. Después de abril del 2018 lo hago por Nicaragua. En No volveré digo: “No volveré porque nunca me fui, algo se quedó ahí”.

Por muy lejos que pueda estar de Nicaragua físicamente, en espíritu siempre estoy ahí y eso es lo que me da las fuerzas para seguir día a día.

¿Qué te motivó a presentarte como solista?

Circunstancias de la vida, expandir un poco el horizonte. Mi lugar favorito es cuando estoy en el escenario con mi familia, ya sea como guitarrista de mi mamá o en el duo con Sebastián. Lanzándome como solista no me separa de ellos, nos une más. Todos estamos en nuevos caminos desde que salimos de Nicaragua, pero siempre juntos en esencia y en la música. Esperamos que pronto puedan oír el nuevo material de Nina & Sebastian y el de Katia Cardenal que estamos produciendo mis hermanos Sebastián, Alex y yo.

Lo único que quiero es que si alguien está pasando por algo similar (a lo que vivo) puedan oír las canciones y sentirse que no están solos.

La portada del primer material como solista de la cantautora nicaragüense Nina Cardenal. Cortesía.

¿Cómo ha sido esta etapa cómo artista joven fuera de Nicaragua?

Ha sido muy difícil, yo no estoy acostumbrada a estar sin mi familia, pero por cuestiones de logística desde que salimos de Nicaragua pasé  viajando por siete meses, viajando con mi mamá de país en país. Fue un momento agotado y agobiante, pero el amor a Nicaragua nos daba las fuerzas para seguir.

También viví ocho meses en México lejos de mi mamá y mis hermanos que ya estaban en Noruega,  luego los dos meses en Austria en la residencia musical ha sido un montón de crecer internamente y agarrar fuerzas para seguir adelante pase lo que pase. Ahora estamos todos juntos en Noruega.

Contanos sobre producción, ¿Quién te apoyó?

Desde que salimos de Nicaragua vivimos en una maleta y viajando por el mundo, tratando de contar lo que estaba pasando. Uno de los países que visitamos fue Austria y ahí conocí a las personas de GKP, un fondo austriaco de cultura,  y a Andrea Eidenhammer, una productora y directora de Austria, ahí me propusieron la residencia musical, pero nunca pensé que fuera de verdad o que lo lograría hacer por el miedo que siempre he sentido al embarcar una carrera como solista.

La producción se hizo por parte de AE productions y GKP, los cuales me otorgaron la residencia musical por dos meses para escribir canciones, grabar y filmar el video.

¿Todas las letra de No Volveré son de tú autoría?

Me quema y  La melodia las escribí sola, No tengo nada la escribí con mis hermanos Sebastián y Alex Cardenal con la misma temática de lo que estamos viviendo todos los exiliados de Nicaragua.

No Volveré la escribí con mi mamá, Katia Cardenal; Miserable corazón  fue escrita por mi prima Cristiana Cuadra Cardenal y La soledad es una canción que me enamoró desde la primera vez que la oí y era mi sueño poder grabarla.

Mi mensaje siempre será de amor y de esperanza, con eso crecí oyendo al Dúo y a eso aspiro día a día.

¿Hay influencia del Dúo Guardabarranco en tú música?

Si claro, siempre. El Dúo Guardabarranco para mí lo es todo, es como el aire que respiro.

En la producción las versiones de las canciones son acústicas, bastante desnudas, aunque yo en lo personal me identifico más con el pop, así que siento que en el futuro podría sacar una versión más pop.

¿Qué querés transmitir con tú música?

Mi mensaje siempre será de amor y de esperanza, con eso crecí oyendo al Dúo y a eso aspiro día a día.

¿Qué expectativas tenés con este primer paso como solista?

Lo único que quiero es que si alguien está pasando por algo similar (a lo que vivo) puedan oír las canciones y sentirse que no están solos.

El tema promocional es Me quema,  es una canción que hice hace unos años cuando todavía estaba en Nicaragua y habla sobre extrañar a alguien tanto que duele físicamente.