Ryan C. Berg: “El Gobierno de Biden no tiene un enfoque muy duro hacia Nicaragua”

El director del Programa de las Américas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) testificará ante la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos sobre la brutal represión del régimen contra la iglesia Católica. 

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  • noviembre 15, 2022
  • 05:26 AM

El director del Programa de las Américas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), Ryan C. Berg, dice que el Gobierno de Joe Biden tiene que aumentar las presiones económicas contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo de una forma más estratégica, y no solo “de vez en cuando”, porque los dictadores nicaragüenses logran sostenerse financieramente mediante otros medios, inclusive “fondos ilícitos”. 

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Berg, este 15 de noviembre, testificará en una audiencia de la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos sobre la brutal represión del régimen Ortega Murillo contra la iglesia católica. En entrevista con DESPACHO 505, explica que durante su intervención hará recomendaciones al presidente Biden para que le ponga más atención a la situación en Nicaragua, sea más duro con el tema de las sanciones y de esa forma obligue a los Ortega Murillo a sentarse a negociar.

Berg también habló sobre el silencio que hace el papa Francisco sobre la persecución que sufre la iglesia Católica en Nicaragua, lo cual, dice, es lamentable porque los perseguidos son “su rebaño” y su palabra “tiene poder”.

¿Cuál será su intervención en la audiencia de la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos?

Voy a ofrecer testimonios sobre la situación en Nicaragua, el nivel de represión por parte del régimen Ortega Murillo. Al final ofreceré una serie de recomendaciones para el Gobierno de Estados Unidos.

¿Qué cree que debe de hacer la Administración Biden?

Mi posición siempre ha sido que nosotros tenemos que incrementar la presión contra el régimen Ortega Murillo, porque no hay suficiente presión para que ellos se sienten a la mesa con nosotros. Hay otros medios, por ejemplo, fondos ilícitos, etcétera, para que ellos sobrevivan.

 ¿A qué se refiere con aumentar la presión?

Que la presión sea más estratégica con respecto a las sanciones. No veo de parte del Gobierno de Biden un enfoque muy duro en Nicaragua, es muy de vez en cuando, una vez al mes, o una vez en dos meses, una acción en contra del régimen y nada más. Y hay que pensar mucho más en términos estratégicos sobre Nicaragua.

Se habla de que hay otros problemas que preocupan más que lo ocurre en Nicaragua, a Estados Unidos y a los otros países grandes.

Claro, hay un panorama global muy difícil con la guerra en Ucrania y todo lo que pasa con China y otras cosas, pero hay que prestar atención a nuestro barrio compartido, digamos. América Latina es nuestra fuente de poder, más allá en el mundo. Si hay un barrio compartido, que es un desastre, no hay la capacidad de Estados Unidos a proyectar influencia más allá en el mundo. Siempre ha sido mi posición que América Latina sea democrática, económicamente vibrante, integrada, etcétera. Es un pulso para Estados Unidos en su política exterior. Si no hay, no hay la capacidad de proyectar influencia en Asia, por ejemplo, en Europa.

¿Sobre la libertad religiosa en Nicaragua, qué es lo más grave que está ocurriendo?

Veo a la Iglesia como una fuente de pensamiento libre, un centro de derechos humanos, y, claro, de parte del régimen, hay que eliminarla porque, desde mi punto de vista, veo un régimen que está tratando de extinguir todas las fuentes de organización alternativa en el país. Y la Iglesia, en este momento, y siempre ha sido, una fuente muy importante en este sentido. Hay un nivel de represión sin precedentes, en la historia, por parte de los Ortega Murillo.

Si Biden, según usted, es débil en el caso de Nicaragua, ¿qué podría decir del papa?

(Risas) Bueno, primeramente, yo he sido crítico del papa Francisco porque él tiene un problema de hablar, ni el nombre del país, Nicaragua, ha mencionado. Me parece que tiene un problema al hablar de Nicaragua. Es un poco sospechoso y creo que hay una pequeña parte de él que siempre ha tenido un poco de amor con los izquierdistas en América Latina. Pero, hay que hablar más.

¿Qué le preocupa del silencio del papa?

Es muy preocupante que el papa Francisco no habla de Nicaragua, desafortunadamente, porque él tiene mucho poder, su palabra es muy fuerte. Quienes están siendo perseguidos y encarcelados son su rebaño y no hay muchas palabras de Roma sobre las violaciones y se ha convertido en un poco sospechoso.

 ¿Cómo observa a Daniel Ortega y Rosario Murillo?

(Risas) Paranoicos. No veo una estrategia, un rumbo de la pareja dictatorial. No veo una gran estrategia de ellos. Y si hay, yo no puedo identificarla.

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