El camino de Duque Hebbert en el béisbol: una historia de pobreza, migración y el sueño de llegar a Grandes Ligas

Cuando era niño jugaba béisbol con pelotas hechas con calcetín en su natal Puerto Cabezas. Ahora con 21 años podría llegar a hacerlo con los Tigres de Detroit, tras su debut en el Mundial de Béisbol

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  • marzo 14, 2023
  • 10:41 PM

Nery Ivania Robinson Ismael salió hace 12 años de su casa en Puerto Cabezas, Caribe Norte, hacia Panamá, a cuidar niños. Lo hizo para poder sacar adelante a sus dos hijos varones, ya que desde que eran pequeños asumió sola su crianza. Uno de esos niños es Duque Hebbert, el pelotero de la Selección de Nicaragua que ha brillado en el Clásico Mundial de Béisbol.

Robinson, de 43 años de edad, ha estado pendiente del certamen, que es el más importante de ese deporte que se celebra en Estados Unidos, porque su hijo menor, Duque Hebbert, de 21 años, fue llamado como lanzador derecho, un logro mayúsculo que ya tenía orgullosa a la mujer y a toda su familia.

Como estaba trabajando, Robinson no pudo ver el juego que este lunes enfrentó a Nicaragua contra el equipo de República Dominicana, novena plagada de jugadores de Grandes Ligas y una de las favoritas a llevarse el título.

De repente, Robinson, de religión católica, sintió una especie de llamado a meterse a un cuarto a orar por sus dos hijos. Terminó de rezar y escuchó que su teléfono sonaba repetidas veces y lo contestó. Era una hermana suya.

 — ¡Poné la televisión y mirá lo que está pasando!

Robinson, muy nerviosa, encendió el aparato y ahí estaba su hijo pequeño, ponchando a tres grandes bateadores que hay en las Grandes Ligas: Juan Soto, Julio Rodríguez y Rafael Devers. A un cuarto, Manny Machado, llegó a ponerle dos strikes, pero un lanzamiento se le quedó muy al centro del home y el dominicano le conectó un doblete.

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NO ERA CONOCIDO EN NICARAGUA

La hazaña de Hebbert consiste en que, hasta este lunes 13 de marzo de 2023, ni siquiera era muy conocido en Nicaragua y llegó al torneo más grande del béisbol a ponchar en una misma entrada a tres grandes ligas de peso. La actuación del joven fue publicada en medios de todo el mundo donde se sigue al béisbol.

“Estaba preparado mentalmente en el bullpen porque ya me habían dicho que iba a ir en el noveno”, declaró Hebbert después del partido a los medios de comunicación. “Vienen los mejores bateadores de Grandes Ligas pero dije: ellos son hombres y yo también soy hombre, voy a tirar strikes y que pase lo que tenga que pasar”, agregó.

En cuanto terminó de lanzar su hijo, la emoción embargó a Robinson y comenzó a llorar sin parar. Solo alcanzaba a decir: “Muchas gracias, Señor”. Después, Duque la llamó por teléfono y le dijo:

— Hola mamá, te quiero.

— Hiciste lo que querías, ese era tu sueño desde pequeño.

La mamá seguía llorando, pero el joven solo reía.

Nery Robinson ya no cuida niños, sino personas de la tercera edad. “Me encanta ayudar a gente adulta”, cuenta.

En diciembre pasado llegó a Nicaragua para visitar a su familia, pero en enero debió regresar a Panamá, a su trabajo. Se siente orgullosa de sus dos únicos hijos, el mayor, Jessod Hebbert, que está apunto de graduarse como médico y el menor que pronto firmará contrato con un equipo de Grandes Ligas, los Tigres de Detroit.

LOS TÍOS Y LA ABUELA MATERNA

El joven Duque es noticia en medios estadounidense y hasta europeos por su hazaña y porque su experiencia en el Clásico Mundial de Béisbol lo podría llevar a las Grandes Ligas. Fue criado desde que tenía nueve años por su abuela y tres tíos maternos. Cuando tenía esa edad fue cuando su mamá tuvo que irse a trabajar a Panamá.

Desde que tenía 6 años, a Duque le encantaba el béisbol. Ser un lanzador era lo que quería y su progenitora lo llevaba a practicar.

Al migrar su madre, quienes lo cuidaron fueron su abuela materna Minerva Ismael y sus tíos maternos: Iván Rosales (ha sido como su segundo padre), Freddy Robinson y Donaldo Mairena.

Iván Rosales tiene un hijo que se llama Nasser Rosales. A los dos muchachos, hijo y sobrino, los llevaba a practicar béisbol cuando ambos eran muy pequeños. Ellos viven en el barrio Cocal, en el sector de Punta Fría, en Puerto Cabezas. El estadio donde practicaban les quedaba muy lejos, por lo que Iván llevaba a ambos en bicicleta.

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Además, Nasser y Duque elaboraban pelotas de calcetín para jugar en las calles del barrio Cocal. Y desde que se bachilleró, Duque se ha dedicado a profesionalizarse en el béisbol.

La hazaña de Duque la pudo ver en vivo Iván Rosales y toda la familia. Con emoción, según cuentan.

Quien no la pudo ver en directo fue Minerva Ismael. La abuelita de Duque estuvo pendiente en los dos primeros juegos para ver lanzar a su nieto. Pero este lunes, cuando finalmente actuó el joven, ella andaba en una consulta médica.

A su regreso a la casa, los hijos y nietos le pusieron el vídeo de los tres ponches en el teléfono celular. La señora no paraba de llorar, emocionada.

Los dos hijos de Nery. El de la derecha es Duque Hebbert. FOTO DE CORTESÍA

LA CARRERA DE DUQUE

Esa emoción alcanzó a todo el pueblo miskito. Duque tiene origen kriol porque su papá es de esa etnia, también de nombre Duque Hebbert, originario de Laguna de Perlas. Mientras que la abuelita, Minerva Ismael, es mikista.

El padre de Duque, que también se llama Duque Hebbert, es un pescador que se embarca cada cierto tiempo para ir a buscar la vida. Iván Rosales explica que, a pesar de que se separó de la madre de Duque, el papá del joven beisbolista ha apoyado a sus dos hijos económicamente.

Desde el inicio, Duque quería ser pitcher y así se desarrolló en la selección infantil de Puerto Cabezas y luego en las categorías AA y AAA de esa zona del Caribe nicaragüense.

En el año 2018, el equipo de primera división de la Costa Caribe lo llamó a integrarse, pero lo pusieron como jardinero central.

Cuando terminó esa primera temporada en primera división, a Duque lo invitaron a una academia de béisbol en Managua, donde le vieron que su potencial era como lanzador, por su buena velocidad en los lanzamientos.

En la siguiente temporada de la primera división, Duque se estableció como lanzador y posteriormente pasó a ser del equipo Pescadores del Caribe Norte.

Duque Hebbert, a la derecha, en la selección U-23 de Nicaragua. FOTO DE CORTESÍA

JUGÓ CON ESTELÍ EN LA LIGA PROFESIONAL

En una ocasión, Iván Hernández, quien jugó en el equipo de Chontales y es conocido como el Toro Mayor, llamó a Duque y le dijo que el equipo de la Liga Profesional, el Tren del Norte de Estelí, estaba interesado en hablar con él.

“Le agradezco a Aníbal Vega (del Tren del Norte) que le dio oportunidad a mi sobrino”, dice Iván Rosales. En su primer año en la Liga Profesional, Duque ganó el premio de novato de la temporada.

Tanto su primo Nasser, como Duque, jugaron juntos en primera división. “Mi sobrino tenía más potencial que mi hijo, jugaba mejor”, dice la mamá de Duque, Nery Robinson.

Sin embargo, Nasser Rosales tuvo que dejar todo para irse del país en busca de una mejor vida.

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Duque fue llamado a jugar en la selección U-23 de Nicaragua. Estuvo en un campeonato en México, donde le ganó a Brasil como abridor. Después funcionó como relevista en unos juegos centroamericanos, pero ya en la Selección Mayor.

Y este año fue llamado a la Selección Nacional que ya terminó su participación en el Clásico Mundial de Béisbol al perder contra Venezuela. 

Pese al fracaso del equipo nicaragüense ante el de República Dominicana, Duque fue la sensación ponchando en un inning a los tres grandes ligas dominicanos.

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