La lucha democrática de los nicaragüenses podría perder a Panamá como aliado en la región

La oposición confía en que el nuevo Gobierno de Panamá mantenga el respaldo al pueblo nicaragüense y la denuncia internacional por las violaciones a los derechos humanos cometidas por el régimen orteguista

El candidato a la presidencia de Panamá José Raúl Mulino llega a votar este domingo, en el Centro de Convenciones Atlapa en Ciudad de Panamá.
El candidato a la presidencia de Panamá José Raúl Mulino llega a votar este domingo, en el Centro de Convenciones Atlapa en Ciudad de Panamá. EFE
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Despacho 505
  • mayo 07, 2024
  • 12:19 PM

Es un hecho que la dictadura de Daniel Ortega le cobrará a Ricardo Martinelli, expresidente de Panamá, el asiló que le otorgó en la Embajada de Nicaragua en la Ciudad de Panamá. Con el triunfo de José Raul Mulino, como mandatario electo del país canalero, algunos opositores ven con incertidumbre la posición que pueda adoptar el nuevo gobierno ante la crisis que vive Nicaragua.

“Habrá que esperar unos pocos días o al menos hasta que Martinelli salga de Panamá”, dice un experto en relaciones internacionales consultado por este medio. Mulino, de centro derecha, aún no da señales de cuál será la línea de su política exterior sobre las dictaduras de izquierda de Venezuela, Nicaragua y Cuba, por lo que los opositores nicaragüenses son cautos al opinar sobre si la lucha por la democracia perderá a un aliado en Centroamérica. 

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El actual mandatario Laurentino Cortizo adoptó una posición crítica ante las violaciones a los derechos humanos cometidos por el régimen orteguista. Desde la Organización de Estados Americanos (OEA), Panamá apoyó varias resoluciones de condena a la dictadura y llamados a procurar una salida pacífica a la crisis que vive el país desde abril de 2018. 

Para el experto en relaciones internacionales, Ortega fue estratégico al otorgar asilo político al expresidente Martinelli, condenado a 10 años de prisión por lavado de dinero. “Espera que Mulino, cercano a Martinelli, pueda cambiar su postura respecto a Nicaragua”, agrega el especialista. Sin embargo, la influencia de Estados Unidos sobre Panamá podría truncar los planes de la dictadura. 

“Temo que el nuevo gobierno panameño se alineará con la dictadura, debido que han tenido a Martinelli en la Embajada de Nicaragua en Panamá y les van a cobrar ese ‘favor político’, pero él en su discurso Mulino hizo énfasis en el respeto a los derechos humanos, por lo tanto esperamos que eso aplique a la hora de tomar posturas internacionales”, dice el opositor Luis Blandón, de la Unión Democrática Renovadora (Unamos).

El desafío de la oposición, agrega Blandón, es seguir cabildeando para tener respaldo en la región centroamericana. De perder ese apoyo de Panamá, la crisis de Nicaragua solo contará con Guatemala y Costa Rica como aliados en Centroamérica. La Honduras de Xiomara Castro es cercana a Ortega, mientras El Salvador de Bukele se ha mantenido al margen de las violaciones a los derechos humanos y los atropellos a la democracia perpetrados por los Ortega - Murillo. 

Tras conocerse los resultados de las elecciones en Panamá, Daniel Ortega y Rosario Murillo felicitaron a Mulino. “Celebramos en hermandad nuestroamericana y caribeña la decisión del pueblo panameño de elegirle como jefe del Estado y el Gobierno con un programa que usted mismo ha descrito como caminos de esperanza para las familias panameñas”, reza la carta firmada por la pareja de dictadores. 

Lo que puede ocurrir después del 1 de junio, cuando Mulino se ciña la banda presidencial, es que apruebe un salvoconducto para que Martinelli salga de Panamá y se instale en Nicaragua como lo han hecho los presidentes salvadoreños señalados de corrupción Salvador Sánchez Cerén y Mauricio Funes, a los que la Ortega ha nacionalizado nicaragüenses. “Eso es lo más probable en este momento”, dice al respecto el opositor Juan Sebastián Chamorro.

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Chamorro hace énfasis en que Mulino no cuenta con una fuerza parlamentaria que le permitan maniobrar de otra forma para que Martinelli sea absuelto de su condena, como un posible indulto. El presidente electo únicamente obtuvo 13 de 71 escaños de la Asamblea Nacional de Panamá. “Ortega podría ejercer presión para cobrarle al nuevo Gobierno de Panamá el favor a Martinelli, es casi un hecho y no hay que ser ingenuo en no pensarlo”, reconoce el exprecandidato presidencial. 

No obstante, Chamorro plantea que una vez Martinelli fuera de Panamá el presidente electo podría “tener un poco más de independencia en su gestión”. Hasta ahora Mulino se ha mostrado muy cercano a Martinelli, a quien reemplazó en la boleta electoral por el partido Realizando Metas. El mismo día de la elección Mulino  visitó a Martinelli en la Embajada de Nicaragua en Panamá, y tras el triunfo prometió “no ser títere de nadie”.  El reto que tiene el nuevo mandatario es desvincularse de Martinelli y, en consecuencia, del régimen de los Ortega - Murillo. 
 

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