Katia Cardenal: “Mi canto en estos momentos puede ser catalogado como peligroso”

“Es muy duro para mí y mis padres vivir dos dictaduras, no hay manera de explicarlo a las nuevas generaciones”, dice a Despacho 505 la cantautora Katia Cardenal, quien a lo largo de diez meses de un exilio no planificado y estaciones en doce países ha elevado su canto para exigir libertad. “No hay cambio social sin música”, sostiene.

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  • abril 18, 2019
  • 12:11 AM

“Es muy duro para mí y mis padres vivir dos dictaduras, no hay manera de explicarlo a las nuevas generaciones”, dice a Despacho 505 la cantautora Katia Cardenal, quien a lo largo de diez meses de un exilio no planificado y estaciones en doce países ha elevado su canto para exigir libertad. “No hay cambio social sin música”, sostiene.

Sin planearlo, la cantautora nicaragüense Katia Cardenal se ha convertido en una “trovadora errante”. Lleva diez meses en el exilio y estaciones en doce países. “El contenido de mi canto en estos momentos puede ser catalogado como peligroso”, dice a Despacho 505 sobre los motivos que la llevaron a decidir no regresar de un viaje.

En esta entrevista concertada en su más reciente parada y que pide no revelar, la fundadora del Dúo Guardabarranco, reflexiona sobre el rol de los artistas en procesos históricos como el que vive Nicaragua desde hace un año. “No hay cambio social sin música”, sostiene la cantautora que desde hace 40 años es un referente de defensa del medioambiente, los grupos vulnerables, la violencia y el amor.

Desde el exilio, confiesa Katia, “he llorado con las madres de los asesinados en la soledad de mi habitación y he sufrido interminables noches de desvelo como cientos de miles de compatriotas… he sentido rabia e impotencia, pero también orgullo y esperanza.

¿Qué te llevó a salir del país?

La verdad no lo planeé, estando afuera decidí no regresar por diferentes razones, entre ellas el no poder trabajar allá y por seguridad, el contenido de mi canto en estos momentos puede ser catalogado como peligroso. La verdad siempre lo ha sido, esa ha sido la intención desde siempre, como el canto de Guardabarranco: su intención es advertir del peligro a los demás y luchar por la libertad. Por otro lado siento que hago más afuera que lo que podría estar haciendo allá. 

En estos meses he estado en doce países y he tenido oportunidad de contar a los oyentes y a distintos medios de comunicación lo que está sucediendo allá. 

El canto acompaña,  enciende y reconforta, la relación entre público y artista se fortalece en la lucha, no hay cambio social sin música.

¿Cómo valorás el  rol de los artistas en el contexto de la crisis que vive el país?

El artista siempre trata de estar al lado de la gente, intenta comunicar, construir, proponer; sin embargo la audiencia no siempre está al lado del artista nacional. En estos momentos de zozobra mucha gente ha redescubierto el sentido de nuestro canto.  El canto acompaña,  enciende y reconforta, la relación entre público y artista se fortalece en la lucha, no hay cambio social sin música. Sin embargo, alguna gente se ha volcado en contra nuestra por no pensar como ellos ya que somos rebeldes por naturaleza y ellos son adoctrinados,  y hay otra gente que nos critica y nos demanda como que si somos objeto de su pertenencia, gente que probablemente apenas conoce uno o dos temas de un artista, y que nunca ha asistido a un concierto pagando o que jamás han comprado un disco. Se vive de todo un poco, es vivir lo dulce y lo amargo. 

¿Cómo has vivido este contexto del país, tras el estallido social?

Mientras estuve allá participé en todas las marchas posibles, como miles de autoconvocados; sembré árboles en las rotondas también.  Como artista canté un par de veces, cuando me fue posible; he llorado con las madres de los asesinados en la soledad de mi habitación y he sufrido interminables noches de desvelo como cientos de miles de compatriotas, he sentido rabia e impotencia pero también orgullo y esperanza. Desde que salí he andado como trovadora errante y he compartido mi experiencia con los que me escuchan, he logrado hacer entrevistas en medios internacionales y he tratado de mantener informados a mis seguidores en mis redes sociales del acontecer en nuestro país. 

He orado mucho por Nicaragua, he escrito más de 30 poemas, he conocido gente generosa y solidaria que nos han abierto sus hogares a mi hija Nina, que me acompaña con su guitarra y a mi, a donde hemos llegado.

Katia Cardenal junto a sus hijos y colegas nicaragüenses en una manifestación en demanda de justicia y libertad, en Managua, el año pasado.

¿En el plano personal, cómo ha sido este proceso?

He sufrido el vivir la separación de mis tres hijos varones que vivían conmigo y que también salieron de Nicaragua conmigo, pero que ahora viven en Noruega; pero he compartido con mi hija Nina este mismo sentir en cada presentación que hemos hecho juntas desde que salimos con dos maletas y su guitarra, y hemos crecido juntas en el camino a lo largo de estos meses. 

He simplificado mi vida por completo y mi vocación de cantautora se ha fortalecido. 

Por otro lado ha sido duro tener que cerrar nuestras oficinas, la Fundación Dúo Guardabarranco y Moka Discos, posponer el Festival Internacional de Cantautoras y celebrar el Festival Salvador Cardenal in memoriam de manera cibernética.

¿Cómo artistas cómo les ha afectado la crisis sociopolítica?

Prácticamente estuvimos tres meses sin trabajar, desde abril hasta que salimos. Hemos tenido que encontrar maneras de salir adelante para sobrevivir, muchos de mis colegas están haciendo otras cosas además de la música, yo me siento afortunada de poder seguir haciendo música, igual que como lo he hecho en los últimos 40 años, las semillas que sembramos en tantos rincones hoy nos dan su fruto. 

En abril del año pasado el pueblo se levantó de una manera inusual, fuimos autoconvocados, nuestras conciencias se encendieron por amor, por solidaridad, sin ideologías políticas, solo el deseo de vivir en una Nicaragua libre de una vez.

A vos te ha tocado vivir dos momentos históricos de Nicaragua, la revolución del 79 y el estallido de abril 2018 ¿Qué similitudes hay?

Es muy duro para mí y mis padres vivir dos dictaduras, no hay manera de explicarlo a las nuevas generaciones. La revolución de abril es diferente a lo que vivimos a finales de los años setenta, porque en vez de armas tenemos las redes sociales y eso ha cambiado la manera de pensar, actuar y sentir; es un elemento a favor que facilita hacerla de manera pacífica, a pesar de las vidas perdidas y los encarcelamientos y la represión que superan las del régimen de Somoza. Me parece que aquella lucha fue mucho más sangrienta, habría que mencionar que en aquel entonces había una dirigencia, una ideología, en abril del año pasado el pueblo se levantó de una manera inusual, fue algo espontáneo, fuimos autoconvocados, nuestras conciencias se encendieron por amor, por solidaridad, sin ideologías políticas unificadas, solo el deseo de vivir en una Nicaragua libre de una vez. 

Ahora, si hablamos del gobierno puedo decirte que el autoritarismo y el hecho de que los sandinistas se crean dueños de Nicaragua podría resumir esa similitud entre los ochentas y los últimos años, no solo desde abril. Las armas como instrumento de represión e imposición y el discurso hueco lleno de promesas falsas aprovechándose de la gente más necesitada y por último  su ineptitud para gobernar a un pueblo multiétnico, multicultural y con pensamientos políticos y religiosos diversos es un factor común entre los 80 y el momento actual.

¿Qué te ha impactado de esta rebelión?

El deseo unánime de hacerla de manera pacífica, el respeto y la tolerancia a los pensamientos diversos. El coraje y la solidaridad contagiosa para vencer el miedo a manifestarse y expresarse. 

Hay que tratar de entender que solo la revolución personal es la que hará posible el sueño de cambiar a Nicaragua

Hay que tratar de entender que solo la revolución personal es la que hará posible el sueño de cambiar a Nicaragua.

¿Cuál es el mensaje para los nicaragüenses que continúan en el país?

Orar y cantar, mantenernos unidos. Revisar nuestros corazones y nuestras actitudes, eso hará el gran cambio. Respetar el pensamiento de los demás, ser tolerantes, siempre abogando por la justicia y el cumplimiento del respeto a los derechos humanos.

Seguir en pie de lucha para poder realizar el gran cambio, informarse bien y no creer todo lo que se lee y se escucha; esta es una revolución cibernética también y hay mucho odio y mentiras en las redes, pero mi mensaje principal es que hay que tratar de entender que solo la revolución personal es la que hará posible el sueño de cambiar a Nicaragua.

Katia y su hija Nina Cardenal han recorrido doce países. "Hemos crecido juntas en el camino a lo largo de estos meses", dice la cantautora a Despacho 505.

¿En el plano artístico, en qué estás trabajando?

A finales del año pasado lancé un nuevo álbum, el cual grabé justo antes de salir, se titula Basta un suspiro, un disco muy personal y espiritual con canciones que escribí a raíz de la muerte de mi hermano y mi padre, lo pueden escuchar en todas las plataformas digitales, el disco fue una colaboración con el Colegio Teresiano celebrando 40 años de haber pisado un escenario por primera vez, en 1978, con el coro del colegio. El disco está a la venta en el colegio Teresiano, en Managua. 

En esta situación es difícil planear una nueva grabación, así es que intento compartir otras cosas con mi audiencia, hace un par de semanas lancé digitalmente, una grabación de las canciones que compuse, canté y me acompañé con la guitarra grabándolas en mi casa en un casete. Son mis inicios como cantautora y se titula Inéditas 1983 -1989.

En mayo lanzaré un vídeo de letras de una de mis canciones infantiles que se titula Burrito bonito, con ilustraciones de Eleanore Hernández Arévalo, artista nicaragüense.  Este tema forma parte de mi álbum Trampolín. Por otro lado en estos momentos estoy en pláticas con mi productor noruego y mi antigua casa disquera en Noruega, Kirkelig kulturverksted, con quien edité siete discos y me gané un disco de oro hace 20 años en aquel país, espero poder hacer un nuevo proyecto con ellos ya que en mayo me estableceré allá, después de 10 meses de andar de nómada. Pero, por ahora, nada a corto plazo. 

¿Algún proyecto de disco en mente?

Espero en un futuro cercano  poder hacer un nuevo disco con canciones mías y de Salvador que no pudimos grabar antes, quizá incluir algunas canciones de mis hijos también. Pero de cierta manera todo es incierto en estos momentos.

Foto de portada: Alfonso Garay

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