25N | Carla Sequeira, perseguida y exiliada por defender derechos humanos  

Hace 18 años, Carla Sequeira, sin haberlo planificado, empezó a defender los derechos humanos de personas a las que veía como desprotegidos. Jamás imaginó que ese trabajo noble y necesario la convertiría en una perseguida más del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, a tal punto de huir de Nicaragua.

Viajó a Estados Unidos de manera irregular junto a su hijo, al que anhelaba ver crecer en Nicaragua rodeado de sus costumbres y tradiciones, pero sobre todo de su familia.

Carla Sequeira recuerda que cuando ingresó a la facultad de derecho, su objetivo no era defender los derechos humanos, sin embargo, en el año 2004 empezó en esta labor “que para mi vida personal siempre ha sido muy importante, puedo decir que la vida o el destino me llevaron hasta esta misión”.

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“Una vez que empecé, me sentí bien al defender derechos y sentir que ayudaba al más desprotegido, a aquel que no tenía voz darle un poco de voz y bueno, jamás pensé que el helecho de defender derechos me colocaría en una situación de riesgo”, señala al referirse que se convirtió en “objetivo de seguimiento” tras el cierre de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), por lo que era vigilada con frecuencia.

CRUZÓ EL RÍO BRAVO

La doctora Sequeira considera que sabía que ese trabajo podría llegar a ser peligroso en algún momento, pero “jamás pensé llegaría a ser perseguida ni tener que salir del país como una delincuente; al contrario, siempre pensé que iba a terminar mi vida en Nicaragua, que mi familia iba a crecer, mi hijo se iba a desarrollar en Nicaragua, nunca fue mi intención salir del país”.

Precisamente porque no pensó nunca en salir de Nicaragua, jamás había solicitado la visa estadounidense para su hijo, por lo que se vio forzada a emigrar de forma irregular.

“Tuve que cruzar el río Bravo para entrar de forma ilegal a Estados Unidos, a pesar de que yo, Carla Sequeira, tengo visa de 10 años”, señala.

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La abogada se convirtió en perseguida porque “el régimen lo único que quiere es callar las voces que de alguna forma le señalan que es un violador de derechos humanos, porque yo no me considero ser política, simplemente quise ser defensora de derechos humanos”.

Además, afirma que la razón por la cual estaba corriendo peligro su integridad física y también su libertad fue “alzar mi voz, fue por señalarle a Daniel Ortega que es un violador de derechos humanos y que eso fue algo que yo dije internamente ante los medios de comunicación nacionales como internacionales”.